Jaque Mate / Genocidio

AutorSergio Sarmiento

"No hay nada repartido más equitativamente en el mundo que la razón: todos están convencidos de tener suficiente".

Anónimo

El pasado no ha terminado, o por lo menos no completamente. Esto es lo que determinó ayer la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia tras examinar la posibilidad de aplicar la legislación sobre genocidio a los posibles responsables de la matanza del 10 de junio de 1971.

Ha habido confusión al respecto de lo que realmente decidió la sala por lo que vale la pena aclararlo. Algunos medios de comunicación y comentaristas han dicho que la Corte decidió aceptar la retroactividad de la legislación que hace imprescriptible el genocidio. Pero eso es falso. Los ministros, en una votación dividida de tres contra dos, determinaron simplemente que la prescripción no se aplica a los casos particulares de Luis Echeverría y Mario Moya Palencia, ex presidente de la República y ex secretario de Gobernación. Debido a que ambos gozaban de fuero en 1971, y no lo perdieron sino hasta terminar el sexenio, el 1o. de diciembre de 1976, el periodo de prescripción del delito habría empezado a correr a partir de ese día. Un genocidio cometido por ellos, por lo tanto, no prescribiría sino hasta el 1o. de diciembre del 2006.

El fallo de la Primera Sala de la Corte, sin embargo, no quiere decir que Echeverría y Moya Palencia sean culpables de genocidio. Lo único que determinaron los ministros es que el delito, en caso de haber sido cometido, no ha prescrito aún. El fiscal especial sobre delitos del pasado aún tiene que demostrar ante un juez dos afirmaciones fundamentales: una, que Echeverría y Moya fueron responsables de ordenar la acción; y dos que la matanza del 10 de junio de 1971 constituyó realmente un genocidio.

El tema es por naturaleza controvertido. La responsabilidad penal en nuestro país es personal e intransferible. Para que Echeverría pueda ser considerado culpable de genocidio deberá demostrarse que directamente ordenó un acto de esa naturaleza. La información que yo conozco sobre la matanza del 10 de junio de 1971, sin embargo, no parece comprobarlo. Hay algunas declaraciones que sugieren que la orden vino, efectivamente, de Los Pinos, pero se trata, hasta donde puedo saber, de testimonios de oídas o simples especulaciones. Hay también indicios, en contraste, de que la orden que se dio fue simplemente la de dispersar a los manifestantes y que la instrucción venía del gobierno del Distrito Federal y no de Los Pinos. De lo que no...

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