Jaque Mate / Elecciones

AutorSergio Sarmiento

"¿Cuándo encontramos un pueblo gobernante?... La respuesta es: en las elecciones".

Giovanni Sartori

Está concluyendo la temporada política de este 2007. Este domingo pasado hubo elecciones en cuatro estados y los resultados fueron los que se esperaban. Leonel Godoy del PRD ganó el gobierno de Michoacán, el PRI barrió en las elecciones legislativas y municipales de Puebla y Tamaulipas, mientras que el PAN triunfó en Tlaxcala.

El factor que une a estas últimas elecciones del año es que en todas ganaron los partidos en el poder. De hecho, cada vez es más claro que en México, a menos de que se cometan grandes errores, los partidos de gobierno renuevan sus mandatos de manera casi automática. Sólo ha habido dos excepciones en las elecciones estatales de este 2007.

El PRI ha sido el gran ganador de los procesos electorales de este año. Se está repitiendo, de hecho, la tendencia que tuvimos al inicio del sexenio de Vicente Fox. Después de que los electores se inclinaron por un candidato panista en los comicios a la Presidencia de la República, en las elecciones locales subsecuentes los votantes regresaron a sus viejas lealtades.

Los triunfos del PRI de este año han tenido lugar a pesar de que los gobernadores de los estados involucrados han sido objeto de fuertes críticas en los medios nacionales de comunicación. Estoy hablando de gobernadores como Fidel Herrera de Veracruz, Ulises Ruiz de Oaxaca y Mario Marín de Puebla. El PRI no sólo ganó las elecciones locales en esos tres estados sino que lo hizo de manera contundente, lo cual contrasta con los procesos cerrados en que cada uno fue electo hace tres años. Quizá las críticas de los medios nacionales fortalezcan en vez de debilitar a los gobernadores.

El PAN puede ser visto como el gran perdedor de este 2007. Le tocó sufrir los únicos dos casos en que un partido en el poder sufrió derrotas en procesos electorales en el año. Yucatán fue un golpe especialmente brutal. La derrota del candidato a gobernador, Xavier Abreu, a manos de la priista Ivonne Ortega, fue una verdadera tragedia para el partido. Quizá no fue tan sentida la caída en las elecciones intermedias de Aguascalientes, pero sólo porque el gobierno del estado no estaba en la balanza. La pérdida de la capital hidrocálida, que desde hace tiempo estaba en manos panistas, resultó sin embargo dolorosa para Acción Nacional.

Sólo en dos casos logró el PAN salir adelante este año en estados que ya gobernaba. Uno de ellos fue Baja California...

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