Jaque Mate / Dispositivo

AutorSergio Sarmiento

"Es un dispositivo presidencial. No podemos hacer nada".

Empleada de aerolínea

Este viernes pasado tuve que tomar un avión en el siempre disfuncional aeropuerto internacional de la Ciudad de México. Mi plan era salir al mediodía para Veracruz, dar una conferencia, y regresar a la Ciudad de México en la noche, para ir después a otro compromiso en Cuernavaca.

A este aeropuerto en particular, sin embargo, sabe uno cuándo llega pero no cuándo sale. Dos horas después estaba yo todavía en espera de tomar el vuelo. ¿Por qué?, pregunté. ¿Algún desperfecto en el avión? La respuesta fue: "No, es un dispositivo presidencial. Y no tenemos forma de saber a qué hora podremos abordar".

El dispositivo presidencial no afectaba todos los vuelos, ya que seguían saliendo y llegando aviones de distintas aerolíneas, pero sí a los de Aeroméxico Connect (antes Aerolitoral) y algunos más. ¿La razón? No lo sé. Quizá porque estos aviones deben estacionarse en una posición más cercana al hangar presidencial. El hecho es que durante horas yo y cientos de pasajeros tuvimos que estar esperando en el aeropuerto a que terminara este dispositivo presidencial.

Quienes vivimos en la Ciudad de México sabemos que convivir con la abeja reina del país es una molestia enorme. Los dispositivos presidenciales de un tipo o de otro se convierten en una pesadilla para los ciudadanos comunes y corrientes. De hecho, en el Distrito Federal como en otros lugares del país hay claramente una regla que establece que los ciudadanos comunes y corrientes no tenemos los mismos derechos que los políticos. Las organizaciones políticas, por ejemplo, pueden hacer manifestaciones y plantones, incluso cerrar vías primarias de comunicación durante semanas, mientras que los ciudadanos somos sancionados incluso por estacionarnos en un lugar prohibido.

Los mexicanos hemos tenido que acostumbrarnos a que cualquier traslado o acto del Presidente se traduce en dispositivos de seguridad que violan nuestros derechos de tránsito. La toma de protesta y el I Informe de Gobierno del presidente Felipe Calderón han sido ejemplos notables en el último año.

Estamos regresando a los tiempos de la Presidencia imperial de Luis Echeverría y José López Portillo. En aquellos tiempos, los traslados presidenciales llevaban al cierre de avenidas durante horas mientras los desesperados ciudadanos debían contentarse con mentar madres desde las congestionadas calles cuyo flujo era interrumpido por las caravanas presidenciales.

En...

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