JAQUE MATE / Cohetes de san Judas

AutorSergio Sarmiento

"Nada te hace más tolerante de la fiesta ruidosa de un vecino que estar ahí".

Franklin P. Jones

A las 9:30 de la noche del 27 de octubre empezaron a tronar los cohetes y los fuegos de artificio. Las explosiones, que se oían kilómetros a la redonda, se prolongaron toda la noche y hasta el amanecer del 28 de octubre. Ésta es la forma en que los feligreses festejan a san Judas Tadeo en la iglesia de San Hipólito en la céntrica avenida Hidalgo de la Ciudad de México.

La pasión de los mexicanos por los cohetes y la pirotecnia es conocida desde hace mucho tiempo. La marquesa Calderón de la Barca, Frances Erskine Inglis, la señalaba ya a mediados del siglo XIX. No hay pueblo en el país en que los fieles no truenen cohetes o balas para festejar a un santo o a la Virgen. ¿Por qué necesitarían los santos o la Virgen cohetes para sentirse contentos? No lo sé.

Cuando un visitante llega a México procedente de un país desarrollado lo primero que le llama la atención es el ruido de las calles. Octavio Paz describió al mexicano como un silencioso, pero añadió que en las fiestas "silba, grita, canta, arroja petardos, descarga su pistola en el aire. Descarga su alma". La verdad, sin embargo, es que el supuesto silencio de los mexicanos no se percibe en las calles. Si uno se para en Reforma e Insurgentes concluirá que los mexicanos somos una de las especies más ruidosas del planeta.

En los países desarrollados hay leyes que lo impiden. En Finlandia no escuchará usted a un automovilista tocando su bocina para que un vehículo adelante se quite del camino. En San Diego se prohíbe en zonas residenciales de viviendas unifamiliares emitir ruido por arriba de 50 decibeles de las 7 de la mañana a las 7 de la tarde. El límite baja a 45 decibeles de 7 a 10 de la noche y a 40 entre 10 de la noche y 7 de la mañana. En la Universidad de Oxford los estudiantes hacen fiestas en que la música se escucha por audífonos para no violar las reglas ambientales.

En la Ciudad de México ha habido un avance. En diciembre de 2014 se publicó una norma ambiental que ratificaba un límite máximo de ruido de 65 decibeles de las 6 de la mañana a las 8 de la noche y de 62 decibeles entre las 8 de la noche y las 6 de la mañana. El problema es que la norma no se aplica.

En nuestro país los conductores de vehículos tocan la bocina de...

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