JAQUE MATE / Árbitro vendido

AutorSergio Sarmiento

"Me molesta cuando gente que no sabe abuchea al árbitro".

Jonah Lomu

Siempre es más fácil culpar al árbitro. En el futbol es cosa de todos los días, también en la política mexicana. En nuestro país ningún político pierde una elección. Todos se declaran vencedores al cerrar las urnas. La derrota, cuando llega, es siempre consecuencia de un fraude; y la culpa, por supuesto, del árbitro vendido.

Los cuestionamientos al árbitro electoral buscan generar rechazo e incredulidad. Lo anunció en 2006 Andrés Manuel López Obrador cuando mandó al diablo las instituciones. No sólo culpó al IFE de su estrecha derrota, sino que maniobró hasta lograr la destitución de Luis Carlos Ugalde de la presidencia de la institución, a pesar de que su cargo estaba supuestamente protegido por ley.

La clase política ha logrado debilitar la credibilidad del INE, a pesar de que el instituto es su creación. Una encuesta de Grupo Reforma señala que el 60 por ciento de los entrevistados no piensa que el INE tenga capacidad para operar las elecciones de 2018, mientras que 55 por ciento considera que el instituto no es independiente del gobierno.

El INE no es perfecto, ciertamente, pero estas descalificaciones son injustas. Nuestras leyes y árbitros electorales representan grandes avances sobre 1976 o 1988. Las reformas de 1977, 1990, 1993, 1994 y 1996 nos dieron reglas más justas y un IFE independiente. Lo más importante es que permitieron la alternancia de partidos en el poder por primera vez en nuestra historia.

Las reformas de 2007 y 2014 tuvieron retrocesos, pero aun así el sistema actual es infinitamente mejor al de 1988. Recuerdo una entrevista con Jorge Alcocer, representante del Frente Democrático Nacional en la elección de 1988, que narraba los absurdos y abusos en el recuento de actas con los que se perpetró el fraude contra Cuauhtémoc Cárdenas. Hoy serían imposibles.

La alternancia de partidos es la prueba de fuego de una democracia, y en nuestro país es la regla y no la excepción. Esta alternancia es mayor en México que en Estados Unidos, donde muchas reglas están hechas para proteger al incumbent, esto es, al partido o candidato en el poder. En 2015 y 2016 hubo en México 21 elecciones para renovar...

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