JAQUE MATE / Anticorrupción

AutorSergio Sarmiento

"A veces la corrupción se frena arrojando luz en lo que previamente estaba en sombras".

Paul Wolfowitz

Por lo menos el presidente Peña Nieto no está afirmando ya que la corrupción es un problema cultural. Si lo fuera, no tendría sentido crear nuevas instituciones y reglas para combatirla. Con la implantación del Sistema Nacional Anticorrupción, el mandatario se está inclinando por la tesis de que la corrupción, antes que cultural, es un problema de instituciones. Y qué bueno, porque para resolver problemas culturales se requieren décadas o siglos.

Quizá el punto más positivo del nuevo sistema es que no sólo se aplica al sector público federal sino a los tres poderes (Ejecutivo, Legislativo y Judicial) y a los tres órdenes de gobierno (federal, estatal y municipal).

El sistema crea nuevas instituciones, entre ellas un comité coordinador cuyo presidente surgirá de manera rotativa de un comité de participación ciudadana, pero también mantiene instituciones existentes con atribuciones más amplias. La Auditoría Superior de la Federación tendrá ahora facultades para fiscalizar no sólo al gobierno federal y a sus entidades sino todas las operaciones que involucren recursos federales, incluso las participaciones a estados y municipios.

Por otra parte, los estados tendrán que crear sus propios sistemas anticorrupción con reglas que establece la nueva Ley General del Sistema Nacional Anticorrupción. Ya no habrá excusa para tener normas locales más laxas y discrecionales que las federales.

Habrá una nueva fiscalía especializada en corrupción. Será independiente, lo cual es positivo ya que evitará los cuestionamientos que se dirigieron, por ejemplo, a Virgilio Andrade cuando le tocó investigar a su propio jefe en el tema de la Casa Blanca. El problema es que el fiscal será designado por el Senado, lo cual no garantiza independencia, pero sí politiza la selección.

El sistema generará códigos de ética y protocolos de actuación. Esto es importante. La falta de criterios claros a veces provoca corrupción, quizá no en los actos abiertos de deshonestidad, como en las asignaciones directas de contratos a precios inflados, pero sí en los conflictos de interés.

En otros países hay reglas que definen los...

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