Jaque Mate/ Leyes especiales

AutorSergio Sarmiento

"La política es el arte de impedir que la gente se dedique a sus asuntos".

Paul Valéry

Uno de los principios más importantes que deben cumplir las leyes en cualquier país del mundo es que sean de aplicación general; esto es, que se ejerzan sobre todos los individuos o personas morales sin excepciones. Cuando en una sociedad se empiezan a decretar leyes de aplicación selectiva, se abren las puertas a la arbitrariedad y al autoritarismo.

Durante décadas, sin embargo, los regímenes priístas se dedicaron a hacer leyes especiales. Estas beneficiaban a su partido y a los grupos que respaldaban su permanencia en el poder a expensas del resto de la población. Los priístas les dieron tratos especiales a sindicatos, a empresas, a grupos económicos, a burócratas, a periodistas, a intelectuales y, en fin, a todos aquéllos que pudieran en un momento dar apoyo económico, electoral o legitimidad a un régimen corrupto.

Estas leyes especiales, que se justificaban con la idea de que promovían la equidad social, no resultaron en realidad en un avance de la sociedad mexicana. Por el contrario, el saldo después de siete décadas de Gobiernos "revolucionarios" fue no sólo el empobrecimiento general de México, sino la obtención de una de las peores distribuciones del ingreso en el mundo.

En la década de los 90 se tomaron algunas medidas para empezar a desmantelar el viejo sistema corporativista. Algunas de estas acciones hicieron posible la derrota del PRI en las elecciones presidenciales del año 2000. Sin embargo, paradójicamente, con el triunfo de la alternancia, los partidos políticos de todo signo, los cuales se han contado siempre entre los beneficiarios de este corrupto sistema, han empezado a impulsar nuevamente leyes de aplicación especial. El propósito inconfesado es el de reconstruir el viejo Estado corporativista mexicano.

Es bastante irritante que los Diputados y Senadores hayan hecho gala de ineptitud al legislar al vapor un paquete fiscal lleno de errores y contradicciones en los últimos días del 2001 y las primeras horas del 2002. Pero lo verdaderamente inquietante, el mal profundo que le están haciendo a la sociedad, procede del hecho que han aprobado leyes que no son de aplicación general, sino que, por el contrario, buscan castigar injustamente a ciertas industrias o a grupos de gobernados.

Son muchas las medidas de la nueva miscelánea fiscal que tienen esas características. A los burócratas, por ejemplo, se les ha dado una exención en ciertas...

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