Jalisco: tierra de fosas

En Jalisco ha habido exhumaciones de fosas clandestinas en 39 de 42 meses, de 2018 a junio de 2021, lo que mantiene las morgues saturadas y a familias sin acceso a la justicia.

De acuerdo con especialistas, con las inhumaciones clandestinas, la delincuencia organizada busca complicar las investigaciones de la Fiscalía.

Las víctimas exhumadas suelen estar segmentadas, metidas en bolsas y cuando las encuentran están en avanzado estado de descomposición, en ocasiones son ya osamentas.

Una consecuencia de estos panteones criminales se refleja en la saturación de las morgues del Estado, lo que complica el acceso a la verdad de familias que buscan a un pariente desaparecido.

En las diversas instalaciones del Servicio Médico Forense del Estado había al menos 2 mil 578 restos de personas sin identificar, ingresadas entre el 19 de septiembre de 2018 y ayer, según la plataforma oficial forense.

Nadie sabe quiénes son: el Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses (IJCF) no ha podido determinar científicamente sus datos y hay casos en los que no determina ni el sexo ni la edad.

Ayer, la Fiscalía reportó que aún labora en la fosa localizada desde el 25 de marzo en Santa Ana Tepetitlán, en Zapopan, donde han extraído 90 bolsas.

En casi cuatro meses, el IJCF ha podido revisar 55 bolsas, en donde encontraron los restos de 15 personas; 5 de ellas en proceso de identificación oficial.

Las otras 35 bolsas están en la morgue metropolitana, aún sin analizar.

La Fiscalía rescató además entre el 12 y 15 de julio 17 bolsas, presuntamente con restos humanos, así como dos cadáveres de otra fosa ubicada en Lomas del Sur, en Tlajomulco de Zúñiga.

Más de una semana después, los forenses no saben todavía qué contienen estos paquetes.

"Al verificar los avances con el Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses informan que no tienen procesada ninguna bolsa, que van a trabajar en el tema", afirmó ayer Blanca Trujillo Cuevas, Fiscal Especial en Personas Desaparecidas.

Estos retrasos en los procesos los padecen las familias de desaparecidos, uno de los casos más recientes fue el de Patricia Carranza de la Torre, desaparecida el 14 de diciembre en la Colonia La Guadalupana, en Tlaquepaque.

Su cuerpo fue localizado en una fosa en Tonalá desde abril, la familia lo supo hasta junio, pero faltaba el dictamen de ADN, por lo que apenas el miércoles pudieron recibir sus restos.

Según estadísticas de la Fiscalía del Estado, los criminales cumplen su objetivo de dificultar las...

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