Jaime Sánchez Susarrey / Revelaciones

AutorJaime Sánchez Susarrey

Bajo el título, "Sobre mis Pasos", Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano (CCS) publicó un recuento de su vida política. No se trata de una biografía, sino de una serie de notas que parten de 1952 y concluyen con una reflexión sobre el bicentenario en 2010.

La obra tiene varios registros. Revelaciones, silencios, claves y misterios. La revelación más sorprendente es el relato de la visita del general García Barragán, entonces Secretario de la Defensa, al general Cárdenas a finales de los años 60.

En esa ocasión, "le dijo con los ojos rasos de lágrimas (según lo refirió mi padre a mi madre, la que hasta años después me lo contó), entre otras cosas, que la caída del avión en el que viajaba Carlos Madrazo se había debido a un acto de sabotaje, preparado y mandado por Gutiérrez Oropeza, quien era dado al uso de la violencia y el presidente se lo permitía".

La revelación tiene relevancia por varias razones. Primero, por las fuentes involucradas: el Secretario de la Defensa y el general Cárdenas. Segundo, porque el general Gutiérrez Oropeza estaba al mando del Estado Mayor Presidencial. Tercero, porque responsabiliza al Presidente Díaz Ordaz del "accidente" (atentado) del 4 de julio de 1969. Y cuarto, porque el mismo Gutiérrez Oropeza aparece vinculado al 2 de octubre de 1968.

La revelación de CCS se vuelve casi novelesca cuando se refiere al batallón Olimpia que disparó contra el Ejército desencadenando la matanza de Tlatelolco. Dicho batallón estaba bajo el mando de Gutiérrez Oropeza y se integraba con personal del Ejército, judiciales y agentes de Sinaloa, que vestían de civiles y se identificaban con un guante blanco.

El relato que transcribe Cárdenas -a partir de una conversación que sostuvo en 2004 con un amigo militar de alta graduación- coincide a pie juntillas con la crónica que ha hecho en repetidas ocasiones Luis González de Alba, miembro del Consejo Nacional de Huelga, detenido en el edificio Chihuahua, Tlatelolco, la noche del 2 de octubre.

Todo esto confirma, como señala el propio Cuauhtémoc, que la responsabilidad del Ejército en Tlatelolco está aún por deslindarse. Porque no hay indicios materiales ni racionales para afirmar que tenía órdenes de masacrar a los estudiantes. De haberlas tenido, no habría quedado un solo estudiante vivo -tal como ha advertido González de Alba.

Un personaje central de ese episodio es el entonces Secretario de Gobernación, Luis Echeverría. CCS no se refiere a él por nombre y apellido. Pero hay que recordar que...

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