Jaime Sánchez Susarrey / ISSSTE

AutorJaime Sánchez Susarrey

Los datos no mienten. La reforma de las pensiones es más que urgente. Este año el gobierno federal transferirá 44 mil millones de pesos al ISSSTE para financiar el fondo de pensiones y 6 mil millones de pesos para el fondo de salud. De continuar esta tendencia, el monto de la transferencia hacia el 2012 debería ser de 120 mil millones de pesos. Esto significa que a lo largo del gobierno de Felipe Calderón se necesitarían más de 400 mil millones de pesos. Corolario: en el largo plazo, el ISSSTE terminaría por devorar todo el presupuesto de la Federación.

¿Cómo se llegó a este punto? Dos causas son fundamentales: los cambios demográficos y el incremento en la esperanza de vida al nacer. Entre 1960 y 2006 pasamos de 35 millones a 105 millones de habitantes. Pero además, la esperanza de vida se incrementó de 64.4 años en 1975 a 77 años en el 2006. Consecuentemente, el promedio de disfrute de la pensión aumentó de 2.5 en 1975 a 21.2 años en 2006. A lo que hay que añadir el envejecimiento de la población: mientras que en 1975 había una relación de 16:1 (16 trabajadores que cotizaban por un pensionado) en el 2006 esa relación descendió a 4:1.

Estas transformaciones determinaron que el sistema dejara de ser viable hace muchos años. Lo absurdo de la situación se puede sintetizar en un ejemplo: Un trabajador X con un sueldo base de 5 mil pesos que cotiza a lo largo de 30 años crea un fondo de 216 mil 815 pesos. Si ese trabajador se jubila a los 55 años y recibe una pensión durante 22 años suma al final 1 millón 435 mil pesos. Se genera así un déficit de 1 millón 218 mil pesos. Para hacerlo financiable el trabajador X debería destinar el 44.5 de su salario al fondo de pensiones. Lo que es, simple y llanamente, imposible.

Volvemos al principio: la reforma era impostergable. ¿Cuáles son entonces, desde el punto de vista financiero, los componentes más importantes de la misma?

  1. Para asegurar que un trabajador pueda aspirar a una pensión adecuada, en un número razonable de años cotizados, se elevan las contribuciones obligatorias a 12.7 por ciento del 7 por ciento actual (3.5 por ciento del trabajador y 3.5 por ciento del gobierno) de las cuales el trabajador contribuye con poco menos de la mitad, 6.125 por ciento, y el gobierno el 6.625%.

  2. La contribución del gobierno incluye una cuota social.

  3. El incremento en las cuotas de los trabajadores es gradual, de 0.5 por ciento por año.

  4. Se introduce un esquema de incentivo al ahorro voluntario en donde por...

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