Jaime Sánchez Susarrey / El caso Jalisco
Autor | Jaime Sánchez Susarrey |
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Jalisco y particularmente Guadalajara estaban en relativa calma. Sobre todo si se les comparaba con Nuevo León y Monterrey, para no hablar de Tamaulipas o Chihuahua.
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Ignacio Coronel, aliado de El Chapo y jefe de la plaza de Guadalajara, fue muerto en un operativo federal el 29 de julio de 2010. Algunos señalamos entonces que su caída abriría una ola de inseguridad y violencia. El investigador Eduardo Guerrero ya había advertido, en un artículo en Nexos, la existencia de un patrón recurrente: la detención o muerte de los grandes capos disparaba la violencia.
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Casi un año después, el 24 de noviembre de 2011, fueron estacionadas tres camionetas en los Ar- cos del Milenio con 26 cadáveres. La matanza era una respuesta a los 35 cadáveres que fueron dejados en Boca del Río, Veracruz, el 20 de septiembre del mismo año. Las ejecuciones de Veracruz fueron reivindicadas por un grupo autodenominado matazetas y las de Guadalajara por los Zetas.
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El 9 de marzo de 2012 fueron aprehendidos, en otro operativo federal, Erick Valencia, jefe del cártel Gente Nueva, y su segundo, Otoniel Mendoza. Ese día, por la tarde, se realizaron bloqueos y se incendiaron automóviles y camiones. Fue la respuesta por las detenciones. Gente Nueva se consolidó después de la muerte de Coronel y eran los aliados de El Chapo en Jalisco.
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El pasado 9 de mayo pasado fueron encontrados 18 cadáveres en el kilómetro 25 de la carretera Guadalajara-Chapala. Como en el caso de los Arcos del Milenio, la matanza era una respuesta por los 23 ejecutados en Nuevo Laredo, Tamaulipas, la semana anterior.
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El 8 de mayo 12 personas secuestradas pudieron escapar en el municipio de Tala, Jalisco, que se encuentra a una hora de Guadalajara.
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El 12 de mayo fue detenido Carlos Antonio Mercado, El Chato, líder de los Zetas en Ciénega y Valles. Él fue el autor material e intelectual del "levantamiento" de las 12 personas y está conectado con los 18 cadáveres encontrados en el kilómetro 25.
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El Chato confesó que a los 12 secuestrados en Tala "los levantamos a mediados de abril e iban a ser torturados para llevarlos a los Arcos del Milenio, nomás que no pudimos porque estaba lleno de policías...". Y agregó: "las víctimas eran escogidas al azar, eran inocentes". Por último precisó: el objetivo era sembrar el terror entre la ciudadanía y las autoridades (Milenio Jalisco, 13/mayo/12).
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Señaló, además, que estaba coordinado con otra célula que mantiene su dominio en la Ribera de Chapala y que fue...
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