Jaime Sánchez Susarrey / No son sus sellos

AutorJaime Sánchez Susarrey

Los ataques contra torres y subestaciones de la Comisión Federal de Electricidad confirman el fracaso de la estrategia del gobierno de Felipe Calderón en Michoacán.

Porque fue en ese estado donde Calderón le declaró la guerra al narcotráfico y, hacia finales del sexenio, el entonces secretario de Gobernación anunció el desmembramiento de La Familia.

Pero los ataques contra la CFE y el sitio de poblaciones, como La Ruana y Buenavista Tomatlán, confirman algo peor: la inexistencia de una estrategia efectiva y consistente del gobierno de Peña Nieto para enfrentar al crimen organizado.

Los errores y contradicciones del gobierno federal se han multiplicado a lo largo de los 11 meses que lleva la nueva administración.

El primero, haber replegado, al inicio de año, a la Policía Federal de la zona de Tierra Caliente, dominada por Los Caballeros Templarios.

El segundo, las posiciones encontradas ante el surgimiento de las autodefensas en municipios como La Ruana y Buenavista Tomatlán.

Mientras el secretario de Gobernación, después de muchos titubeos, reconocía públicamente que no había ningún indicio sólido de vínculos entre las autodefensas y el crimen organizado, el presidente de la República condenaba este tipo de organizaciones y advertía que no serían toleradas por el Estado (Primer Informe de Gobierno).

Frente a las inconsistencias del gobierno federal, el obispo de Apatzingán, Miguel Patiño Velázquez, ha tenido la valentía de poner los puntos sobre las íes:

"Son ya seis municipios que, al ver a sus gobiernos municipales vendidos con el crimen organizado y la incapacidad del gobierno federal para restablecer el Estado de derecho, han tomado la determinación de organizarse para autodefenderse. En estos municipios se expulsaron a los miembros del crimen organizado, con lo que se acabaron las cuotas, extorsiones, levantones, secuestros, asesinatos y violaciones. Pero ahora son agredidos constantemente por los Caballeros Templarios, que intentan recuperar las plazas perdidas y ahogarlos, dificultándoles la comercialización de sus productos o impidiendo que las pipas de gasolina surtan las gasolineras que se encuentran en esos municipios".

La situación de Michoacán es extremadamente compleja y no data de ayer. Pero será imposible avanzar en una solución si no se efectúa un diagnóstico correcto, y se identifican las principales causas del problema.

De ahí que resulte paradójico y alarmante que, ante la confusión de las autoridades federales, sea la...

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