Ivaginaria / Yalitza, una cara de México

El incendiario racismo mexicano vive ahora un momento intenso. La presencia de la maestra y actriz Yalitza Aparicio, la personaja llamada Cleo en la película "Roma" de Alfonso Cuarón, está visibilizando la pobreza de nuestras percepciones sobre la gente de nuestro país.

Aparicio pone en el panorama mundial un talento y sensibilidad artística, que si bien no son su oficio de origen, fue potenciada en dones por la guía de un buen director y de un proyecto en el que, sus pretensiones provenían de una razón sentimental y emocional. Las más trascendentes en la vida de un artista. Nadie estaba pensando en un premio Goya, ni en un Óscar ni en cualquier otro. Quiero pensar, en serio lo deseo, que Cuarón triunfó porque esta cinta brota de sus mismas entretelas básicas.

Pero se están ensañando con Yalitza Aparicio en la misma nación que ni siquiera puede reconocer una diversidad étnica. Ella proviene de un padre mixteco y de una madre triqui. Es decir, de pueblos originarios que componen entre muchas otras culturas a nuestra nación. No quiero más que enfatizar en la conciencia histórica de nuestro país, que es multicultural y diverso.

A partir de este siglo apenas, se reconoció la multiculturalidad, otorgando el sitio que le correspondía a cada etnia y pueblo, respetando sus tradiciones y cosmovisión del mundo. Me pregunto qué es lo que hace tan diferente a los pueblos originarios de quienes, por ejemplo, hacen memes, críticas ofensivas y muy violentas hacia Yalitza Aparicio. Y la dolorosa conclusión es que este es un país que no sabe reconocer su dimensión racial y étnica.

El estigma del color en la piel, un asunto gravísimo, cursi y melodramático en los medios de comunicación, y es un fenómeno que presencio en la cotidianeidad en Monterrey, una ciudad que conozco bien. No puedo juzgar el racismo por el resto del país, porque mi tránsito siempre es al norte, pero la dolorosa división que se marca en la capital neolonesa y sus municipios aledaños es monstruosa.

Nunca olvidaré la primera vez que fui a una casa de una "local", recién llegaba aquí, y noté que en su casa tenía un baño para las trabajadoras domésticas, y no podían usar otro más. Ellas tenían sus trastes. Y prácticamente eran invisibles. Hay una escritura fina e invisible en cuanto a cómo y qué lugar...

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