Ivaginaria / Virago

Virago quiere decir machorra. En italiano. Catalina de Forli, la de Sforza fue una virago. Una hija ilegítima de un Sforza, Girolamo María Sforza. No importa quién la tuvo o cómo, si fue una hija ilegítima en un contexto en que los vástag@s nacidos fuera del matrimonio eran una basura de la cual se debían ocupar los padres como sea. Se hacían cargo de las criaturas por fines políticos, para no desbarrancar.

Catalina o Caterina de Sforza fue una mujer espectacular. Llena de habilidades y de dones, pero sobre todo, dotada de cualidades que no sólo la demeritaban porque no debía ser poderosa, la nulificaban por ser mujer, y también la orillaban a ser una morra que no se podía dejar de nadie, porque si se dejaba, se la iban a forniciar de pie, lo cual es algo que nos hacen todos los días a diario a todas, pero en aquellos tiempos ser mujer era todavía más aburrido y malevo: no eras más que una vulva con poder de nada, más que para ser alguien violable, mercancía de cambio para botín de guerra o de matrimonio. Y bueno, como horno de la especie y fabricadora de criaturas.

La última vez que estuve en Italia, le pedí a mi amiga Renate a que nos desviáramos a Forlí, regresando en coche desde Venecia. Forlí es como un rancho. Lleno de casitas y de plantas, de placitas y de sitios acuosos. En ese lugar nació la mujer más valiente o de las más valientes que conozco en mi existencia. Caterina Sforza luchó directamente con los hampones de los Médici, quienes eran una de esas dinastías asquerosas que nacieron a un papa, Alejandro, y a toda una estirpe de parásitos que vivieron a costa de las riquezas de la iglesia católica.

Los Medici fueron una familia de mierda que reinaron el papado y al catolicismo, con una inmoralidad y cinismo digno de dicha religión: un Papa incestuoso, no célibe, que mantenía a sus hijos con el varo de la iglesia y que además le ayudó a empoderarlos y a encumbrarlos como nobleza italiana. En ese entonces el celibato estaba ya establecido como una cualidad de los jerarcas católicos, porque desde el siglo XII ya se había decretado que los ministros de dicho culto se debían de abstener de relacionarse amorosa y sexualmente, con la banda...

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