Ivaginaria / La violencia y la foto obscena

AutorElia Martínez-Rodarte

No existe cara más patética, que la que vemos cuando cachas a alguien tomándote una foto que puede ser obscena: es una forma de violencia de género también. Una vez estábamos mi hija y yo en el estacionamiento del súper, y un tipejo nos estaba fotografiando con la cámara de su teléfono. La verdad es que ni me di cuenta hasta que Zoe me dijo: "mamá, saca tu celular, vamos a acosar al que nos está acosando..." Lo cual hicimos hasta ahuyentarlo.

No hay violencia pequeña. Estas fotografías que sacan coños en contrapicada, que los pelados toman taimadamente mientras una mujer va ondeando la falda, terminan en sitios inverosímiles en internet. Como dice una comadra mía: "si no has encontrado videos tuyos en el porno amateur, no has vivido..." Yo no he vivido nada, es lo bueno. Siempre tuve paranoia de las cámaras, incluso cuando los celulares no existían. La gente es malvada cuando se trata de orear el culo de alguien en imágenes prohibidas.

Recientemente la Asamblea Legislativa de la CDMX anunció las reformas a los artículos 17 BIS y 179 de su código penal. Según el comunicado sobre estas modificaciones: "La pena es para quien incurra en una conducta de naturaleza sexual indeseable para quien la recibe y que lesione su dignidad. Éstas van desde solicitar favores sexuales para sí o para terceros, fabricar, imprimir, grabar, transportar, exhibir, vender, reproducir o hacer circular por cualquier medio imágenes, libros, revistas, escritos, fotografías, carteles y videograbaciones con implicaciones sexuales". Quién comenta este delito podrá recibir un castigo de uno a tres años de cárcel.

Lo interesante es que la pena se incremente cuando se realizan estas agresiones y violencia bajo un esquema de abuso de poder en el trabajo, en casa, o cuando la conducta del agresor se realice en la vía pública, instalaciones o vehículos destinados a prestar un servicio público.

Es decir, las mujeres podrían ir más tranquilas en el transporte y en los sitios en donde se aborda. Son embargo, no deja de ser un proceso de mega hueva ancestral, tener que apañar a un viejo gandalla, luego denunciarlo, después pelearte con el bato para que muestre el celular y las fotos obscenas que ha tomado. Es ya una escena desagradable la agresión y luego la denuncia. Al menos sabemos que ya hay castigo.

Diariamente tres mujeres se presentan en la Procuraduría General de Justicia de la CDMX y denuncian estas agresiones en la vía pública. Muchas sobre fotos o videos que les han...

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