Ivaginaria / Vestido de novia

Cuando pienso en la expresión vestido de novia, me viene de inmediato a la mente la imagen de Dennis Rodman, cuando se le ocurrió aparecerse en público con velo, corona y el atuendo de las casaderas.

Hace un par de semanas una compa mía anunció lo que nadie pensó que sucedería jamás: se va a casar. Ella es una comadre que he dejado de ver por temporadas, pero cada vez que me la encuentro nos enchalamos y entramos como en una competencia de a ver quién ha cometido más estupideces en los últimos seis meses. Pues en este caso ahora ella me ganó, pero en buena lid, así que como quiera le dije que si su deseo era tener una boda con todo el protocolo con su príncipe encantador, lo tenía bien merecido, porque es del conocimiento general que ella no sólo besó, sino se acostó con una cantidad interminable de sapos.

Donde entré en shock fue cuando me dijo: ¿tu crees que deba vestirme de blanco? Ahora la que se pregunta soy yo: ¿soy yo la indicada para decirte si te debes vestir de blanco? Para empezar yo jamás me vestiría de blanco, a menos que fueran mis jeans blancos que forman parte de la batería pesada de mi ropa. Segundo, cuando veo un vestido de novia se me antoja algo así como un merengue. Tercero, nunca he visto un ajuar que me guste o más bien no tengo muchos ánimos de que me gusten por lo que significan. Cuarto: las novias chinas se visten de rojo, y creo que a mi comadre le queda mejor ese color.

Pero su duda es válida y en cierta forma está en las entretelas de los prejuicios que fueron tan cuidadosamente impuestos por nuestras abuelas y nuestras santas madres. Blanco. Pureza. Virginidad. Matrimonio. Hijos. Vida conyugal. Muerte.

Pecaría de hipócrita si no dijera que el vestido de novia me parece un sinsentido, que jamás me pondría uno y que las bodas me parecen un ritual muy sobrevalorado, pero son fiestas que por nada me pierdo porque invariablemente son una delicia antropológica.

Es maravilloso ver a la novia borracha aventar el ramo, a su marido nuevo agandallándose la liga con la mano larga, a la tía mega gorda que quiere bailar con todos los sobrinos cuando ya está jarras, al papá del novio diciendo incoherencias o llorando, a los huercos...

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