Ivaginaria / ¿Cuándo venirse? (en la cara no...)

Aunque parezca una necedad hablar de un tema tan espermático y sorpresivo, como una eyaculación, o del orgasmo femenino, debemos conformar protocolos sexuales respecto al momento en que vamos a terminar con una venida.

Lo normal o lo que los hombres hacen por cuestiones machines, es tratar de que su mujer, pareja u orificio que esté utilizando, se venga primero o eyacule antes que él, para así poder emitir su malteada con mayor suficiencia y con la tranquilidad del deber cumplido.

Lo que sucede en muchos casos, es que la fricción ha rozado a la persona que está recibiendo el pompeo del señor, entonces lo más cómodo, antes de seguir sacando humo de ese coito, es fingir un orgasmo o gritar mucho para que ya le dejen en paz.

Aunque suena horrible esto, es mejor a quedar rozada de la zona vulvar por un excesivo tiempo forniciando. Una de las cosas más locas en una felación, por ejemplo, es que quien mama por un tiempo prolongado, puede dejar de sentir la alegría de estar mamando.

Los labios se entumen, la boca se va secando, las mandíbulas empiezan a sentir dolor, las rodillas se duermen y todo se empieza a descuadrar cuando un guaguis dura más de lo esperado. Aunque sea riquísimo ser chupados, tengan consideración de la humanidad y alternen los movimientos de excitación.

Mientras más abusen y se marraneen de ser atendidos oralmente, pueden provocar que la persona que les hace el favor deje de querer chuparles. Quien es fuente de nuestro placer siempre debe estar content@.

Pasa igual con las chupadas en las mujeres. Nos goloseamos demasiado en tener una cara viendo de frente a nuestra vulva. Aunque nos encante la comida de coño, es preferible gozarlo lo más posible y cambiar posiciones para que descanse quien está mamando.

Una prolongación en un cunnilingus puede escaldar la lengua y la boca, adormecer los labios y si la persona ejecutante no mete los deditos de forma continua y variada, probablemente se va a cansar más.

La pregunta de ¿cuándo debo de venirme? es un asunto personal porque cada quien debe terminar cuando le den ganas. Pero al forniciar con otra persona que se encuera con nosotros, también tenemos responsabilidad sobre el placer del otr@. La idea es que ambos disfruten...

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