Ivaginaria / Vacaciones a la mano

AutorElia Martínez-Rodarte

Ahora que te encuentras en un momento de recogimiento y de reposo en casa, por las vacaciones de semana santa, quizás también sea una oportunidad para revalorar la presencia de la paja, masturbación o puñeta en tu existencia. En especial porque esta actividad es la única forma en la que uno encuentra una comprensión erótica y acompasamiento rítmico a gusto de cada quien. Con la paja, al menos, tenemos asegurada la satisfacción sexual plena de alguien... aunque sea de uno mismo.

El momento en el cual encontramos el placer vía contacto masturbatorio, inauguramos una era de independencia y de autosuficiencia: nadie nos va a amar tanto como esa mano nuestra, que bien sabe lo que hace.

Podremos practicar hasta sacarnos humo de la genitalia y encontrar nuestros puntos perfectos para el placer. Practicaremos hasta que el callo duela. Y nunca nos cansaremos de hacerlo porque además contiene el elemento mágico de toda buena puñeta: la película de cada quien.

En la paja nuestra mano es sólo una herramienta a la que nuestras fantasías le dan velocidad, ritmo y contundencia. Por eso las parejas deben ser comprensivas cuando encuentran a sus compañer@s masturbándose. El acto de la masturbación es íntimo, privado e independiente de los fornicios que ejecute la genitalia con otras genitalias. Es decir, nosotros podemos pasarnos el día atendiéndonos manualmente, y si se nos pega el antojo de tener relaciones sexuales, es el gusto de cada quien.

La masturbación, después de que trascendemos esa enorme sorpresa del primer orgasmo y eyaculación con la puñeta primaria, va mutando hacia grados diversos y diversificando sus funciones.

El acto de masturbarse para bajar el nivel de estrés, es una de las formas terapéuticas de la paja. Al producir esa felicidad momentánea y emitir esos cocteles exóticos de hormonas y feromonas y otros tóxicos, se cura cualquier organismo.

Al ejecutarse un autoalivio también se prepara al cuerpo para la relajación. Una de mis instructoras de yoga nos decía que la masturbación era una buena forma de acompañar la meditación. Pero sin duda es una estupenda manera de lograr un descanso corporal tras una tensión, que nos encause hacia el sueño.

La masturbación con la pornografía es un combo ineludible. Si alguien no alivia sus leches en la pantalla de la computadora, es...

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