Ivaginaria / Sintonizando el pezón

AutorElia Martínez-Rodarte

En la dimensión medieval de la tortura debe de incluirse la mamografía, que es la exploración de un pecho con rayos equis, que permiten la observación puntual y precisa de una glándula mamaria. Te aplastan el seno con un aparato que recuerda la maquinita de fierro para planchar las tortillas, y así te lo aprietan hasta que el pezón empieza casi a cantar. Si no es que sale volando. Pero es la única forma de estar completamente seguros de que nuestras mamas se encuentran en buen estado y saludables. Es como el tonto papanicolau que te explora con la misma técnica de rellenar un pavo en navidad. Siento muchísimo ser antipedagógica el día de hoy, pero esas exploraciones invasivas, dolorosas y diseñadas por batos, no aportan un sólo gramo de gentileza al tratamiento del organismo femenino.

Pero en el mes rosa, octubre, y en los demás del año, la exploración mamaria es de rutina, en la regadera y también dentro de las ejecuciones sexuales. La inclinación particular a que durante la vida erótica se incluyan el tanteo de un pecho por parte de nuestra pareja sexual o compañer@ sexual, no sólo sirve al cachondeo. Ayuda asimismo a que la persona con quien compartimos nuestro cuerpo, se haga responsable también de la salud sexual e integral de ambos, así como nosotros asumimos la responsabilidad de cuidar la corporeidad que nos brindan. Además que quien nos fornicia posee el mapa de nuestro cuerpo cargado en sus manos y sabe qué hay a cada milímetro de él. Entonces la detección de una presencia extraña en el organismo sería fácil. Suena espantoso, pero la memoria de nuestros dedos sabrá.

La exploración que nuestr@ compañer@ sexual puede realizar es un ritual. Porque se busca una mama saludable y que a la vez sienta placer. Toquen a la mujer a ser amasada con las manos aceitadas y de preferencia, que sea un aceite esencial que les guste y les sirva. Entonces siéntense de frente, haciendo una semitijera . Las piernas como un compás, siendo las de la que será explorada, las que vayan encima. A una distancia cómoda para que los brazos se extiendan y las manos amasen suavemente al pecho. Entonces posicionen las manos bajo las axilas y presionen...

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