Ivaginaria / Siempre te amaré

AutorElia Martínez-Rodarte

Sé que todos ustedes, cursis y ñoños (como su textoservidora) han visto alguna vez la película de "El Guardaespaldas". A raíz de ese filme se hizo famosa la canción de "I will always love you" (1973) que es de la autoría de la famosa Dolly Parton, una de las exponentes más representativas de la música country. Ha muchos años, Elvis Presley quiso grabar esa canción para su show de retorno a los escenarios.

El manager de Elvis, quien era más cabrón que bonito, decidió comprarle la canción a Dolly, quien en ese entonces era una chiquilla sin tetas. Ella no quiso venderla. Años después, Kevin Costner, enamorado de la letra también, decidió ponerla en el soundtrack de la película que protagonizó al lado de Whitney Houston y de nuevo, el tema se volvió un ícono del romancero mundial. Cada persona que la escucha se le pone el corazón con consistencia de bombones, independientemente quién entone esas palabras.

El amor es la pata de palo de tod@s. Sin embargo no todos poseemos la capacidad de expresarlo de una forma en que nos reviente el alma. Nuestro santo patrono José Alfredo Jiménez, quizás sea el único que ha logrado arrancarle girones al corazón y convertirnos en esa melosa sustancia en la que nos transformamos cuando el sentimiento arrasa con nuestras pobres personas.

Hace unos días una nena, lectora del Facebook y con quien he tenido el gusto de conversar en línea, me contó una historia. Por detalles morbosos en los cuales no ahondaré, ella no puede realizar su amor y su relación con una persona con la cual ha encontrado algo profundo e intenso. Si les cuento la telenovela, se me ponen a chillar y no es el caso.

En cada relato de amor hay algo que nace y muere continuamente. Es como la naturaleza: perfecto y a veces cruel. Cada quien lo aborda como mejor le viene, y sobre todo, existen circunstancias y asegunes. No es lo mismo el endeble amor de la adolescencia que el vulnerable sentimiento en la madurez o en las edades avanzadas. Pero siempre va a pegar, a romper y a rasgar. Aún amemos en la felicidad y el gozo, va a doler, porque el amor está hecho de esa sustancia que sólo...

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