Ivaginaria / El sexo en tiempos del coronavirus

Cada vez que sale una epidemia o una influenza peregrina, es preciso escribir un texto haciendo alusión a uno de los textos medianos de Gabriel García Márquez, que fue "El amor en tiempos del cólera"...Una epidemia y sus riesgos implica siempre protocolos sociales y sexuales distintos. La presencia del coronavirus y su potencial contagio han hecho que nos llevemos de otra forma, nos saludemos de diversas maneras y limitemos el contacto y mantengamos la sana distancia, como sugiere adecuadamente la Secretaría de Salud.

Pero también noten cómo han cambiado las formas de relacionarnos respecto al sexo. Llegó la epidemia y muchas personas empezaron a bailar de alegría porque el coronavirus les daba la opción de no aceptar relaciones sexuales. Una morra en las redes sociales estaba feliz y comentó que era mejor que ya todos nos volviéramos asexuales, para qué tanto dilema, que era mejor ya no tocarnos.

Por una parte tiene razón, porque ahora que nos saludamos de lejecitos, ya no tenemos que dejarnos besuquear ni babear por viejos rancios (todos los que babosean son viejos rancios) cuando te saludan de beso o quedarnos con el lipstick grasoso de alguna ñosca. Pero por la otra, esto se está conviertiendo en uno de esos escenarios preapocalípticos cuando empieza a faltar lo esencial, como lo es la actividad sexual.

Sin embargo, y esto me llevó años de auto trabajo y estudios, la comprensión y reflexión sobre la asexualidad es necesaria. Tod@s, por defecto, damos por sentado que somos seres sexuales que siempre estamos ganosos y que debemos ponerle a fuerza. Sobre todo los pobres batos. Qué necesidad hay de andar forniciando como sólo fricción. Ninguna. Sin embargo por mandato reproductivo y por maña coital, ahí vamos, a querer querer.

He estado en clases y talleres en donde las personas estigmatizan a l@s asexuales porque no tienen actividad sexual. Cabe mencionar que la asexualidad es manifiesta de diferentes maneras. Un@s sólo se masturban o sólo tienen sexo cuando se enamoran o nada con nadie. El asunto es que tampoco debe ser algo que nos preocupe...hasta que nos afecte. Es muy común el caso, querido público, que me escriba alguien para decirme que su pareja no quiere tener tanto sexo como ustedes. Se llama disritmia sexual y puede arreglarse, todo es negociable. Pero mientras una persona cede y la...

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