Ivaginaria / Sexo con parientes y menores: no

AutorElia Martínez-Rodarte

Me temo querido público, que debemos comenzar por el principio: el entorno familiar debe ser un sitio seguro para niños, niñas y adolescentes, y el abuso sexual dentro de los hogares es algo cotidiano. Más de la mitad de los casos de violaciones a menores de edad ocurren en ambientes vulnerables como en la casa de la familia, sea en la propia o en la de los parientes cercanos e incluso vecinos.

Hace unos años cuando yo trabajaba editando la nota roja, nos perturbó el caso de un tipo, quien violó y mató a una niña de tres años sin ningún problema. Estaba drogándose duro mientras veía la televisión, escuchó a la nena jugar en el patio vecino y la tomó. Cuando perpetró su crimen, aventó el cuerpo de la criatura a donde estaba ella. No es sólo el efecto de las drogas y la inconsciencia, sino una mentalidad de abuso de poder, cargada desde nacencia en dicho feminicida: pudo hacerlo porque se le pegó en la gana ejercer ese abuso normalizado en el sótano de su conciencia.

El cuarto redondo o los ambientes de hacinamiento familiar propician también estas agresiones, debido a que se normaliza el contacto sexual entre personas que duermen apretadas en una pieza sin ventanas y sólo una puerta, en los que habitan muchas personas. La promiscuidad sexual entre parientes y familia "se normaliza" debido a esta convivencia obligatoria en la que el espacio íntimo es nulo. Recuerdo que en las memorias del escritor cubano Reinaldo Arenas, sitas en Cuba, el cuarto redondo era normal en muchas zonas de la isla, fuesen urbanas y rurales, y cuenta del caso de uno de sus amigos quien dormía con su abuelo, con quien frecuentemente tenía contacto sexual consensuado, implícito, callado y obvio, "normal" acorde a las circunstancias.

En el caso de menores nunca existe un acuerdo o consenso y el abuso sexual no sólo se refleja en violaciones o penetraciones, sino en actitudes nocivas para un niño, niña o adolescente, quienes pueden estar expuestos a tocamientos en sus genitales, o a presenciar la masturbación de alguien que le ordena presenciarlo, o que le obligue a desnudarse o a ver a alguien sin ropas e incluso presionar a un menor a ver pornografía, lo cual también es un abuso de poder y un acto violento. Los niñ@s y...

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