Ivaginaria / La serenata

AutorElia Martínez-Rodarte

En la era precámbrica de mi romántica etapa estudiantil, fue cuando alguien me llevó mi última serenata.

Era una madrugada muy linda, de ésas cuando el clima de la ciudad regiomontana es aromáticamente fresco, durante las horas más azules.

Llegó a mi puerta un mariachi pequeño. Al frente de éste, un muchacho de melena, que estaba ostensiblemente borracho. Sus amigos le acompañaban, en diferentes grados de etilismo, pero fueron solidarios con él, en especial cuando lo ayudaron a sentarse en los primeros escalones de la entrada del edificio de departamentos donde yo vivía. En algún lugar había qué vomitar.

El muchacho de la greña, siguiendo los protocolos internacionales de las serenatas, fue imperioso y dijo: "arránquense..." Ash.

Los del mariachi, al escuchar la palabra mágica, empezaron como habitualmente, apegados a lo que dicta la tradición de una serenata. Con la pieza iniciática de todos los inicios de algo: "Si nos dejan".

Quizás las mujeres no lo tomen en cuenta tanto, pero los hombres de cierto lo saben: cuando se acompaña al otro, en macoya, a llevarle gallo a una morra, resulta ser uno de esos momentos de solidaridad y lealtad que entre los amigos netos se da. Y hago esta separación de sexo género por una simple cuestión: estadísticamente los batos llevan más serenatas que nosotras.

Los compas del de la melena lo sostenían y le daban ánimos, en ese momento mil veces repetido cuando el que lleva la música espera la rendición de la vieja. Ellos le dicen: "ya va a salir". Él no entiende porqué la luz no se ha encendido. Y ni modo: La música ya está pagada.

De "Si nos dejan" a "Hermoso cariño" había un solo paso, entonces aquellos iban desgañitando las liras, mientras el de la melena preguntaba a cada momento, cómo si él no tuviese la capacidad de verlo por sí mismo, si yo ya había prendido la luz del cuarto.

De amor y reproche, de nubes y melancolía, del José Alfredo que todavía no amaba yo tanto: todos esos sabores dulces de que están hechas las canciones mexicanas sonaron esa noche. Se completó la tanda normal de los amigos...

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