Ivaginaria / El 'romance' de Diego y Frida

AutorElia Martínez-Rodarte

Nunca me gustó la pintura de Frida Kahlo, y en general los muralistas siempre me dieron mucha hueva, refiriéndome en específico a Diego Rivera. Me asombra eso sí, que ambos pintores hayan desarrollado técnicas de pintura que superaban continuamente los retos de sus cuerpos. Frida pintó postrada, sentada, de pie y a costa a veces de sí misma y sus ancestrales dolores. Y Diego con su expansiva gordura, debió haber batallado en los desplazamientos, subidas a andamios, y por supuesto, hay que considerar el sufrimiento de los andamios...

La calidad y peso histórico de sus obras me parece maravilloso, no debe de gustarme la obra porque es algo muy subjetivo y personal, y me encanta el iconismo que la pareja de pintores ha explotado a lo largo de que se descubrió la peculiaridad de sus personajes. Mismos que han reventado la subastas con cuadros vendidos por hasta casi 10 millones de dólares, en el reciente caso de Rivera, quien superó a la misma Frida Kahlo que ya había brillado en las subastas con una salida de un cuadro por 8 millones de dólares.

Lo que han explotado hasta la náusea, dejando de lado las muñecas, ropa, memorabilia de toda índole inverosímil de Frida, es el sobado y rememorado romance entre Frida y Diego, quien se portó con ella como la peor pesadilla que puede sucederle a una mujer con un bato. Frida Kahlo sin duda fue una enorme pintora, disciplinada, talentosa, pasional y energética, pero eso no le quita de ser una mensa que se tiró a un señor del tamaño de un bocho que se echó a cualquier entidad respirante a la redonda.

He defendido la obra de personas asquerosas en otras ocasiones, pero en el caso de Rivera y Kahlo, la misma sobreexplotación de la historia de su vida en pareja, se convierte en un episodio repetido ad náuseam que cada vez suena peor. A medida que las visiones de las masculinidades se transforman y el empoderamiento femenino avanza, la idea de un señor espantoso que trata como garra a su mujer con discapacidad funcional, suena descabellado.

Diego Rivera ejerció muchísimos tipos de violencia contra Frida Kahlo, que ella, por sí misma, decidió perdonar, y no en todas las ocasiones. De entrada se tiró a la hermana de Frida, y ya para mí sería como punto final, pero la...

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