Ivaginaria / La pregunta que nadie se hace...

AutorElia Martínez-Rodarte

En México nos encontramos en cierta fase en la cual el feminismo camina de una forma rápida y expansiva entre ciertas clases intelectuales empoderándolas y haciéndolas militantes, y en otros ámbitos es mal entendido, por lo cual miles de Paquitas la del Barrio y Lupitas D'Alessio andan sueltas por ahí.

Por eso nuestras mujeres en general no se han empoderado por completo. Es decir, por una parte las damas en este país conformamos la mitad más uno, de la población, ergo trabajamos más, somos más madres solteras, más violentadas, menos tomadas en cuenta para muchas cosas y así, hasta la desgracia más atroz como lo es la pobreza, el aborto, las violaciones, asesinatos y ser la principal víctima de la violencia actual.

Sin embargo una persistencia de la falta de autonomía de las mujeres es la compulsión a casarse o a tener una pareja que les haga la vida de la casita, con los bebés, el perro y la deuda hipotecaria. No busco criticar la decisión de quienes quieren hacer esto en su vida, y que las diosas me cierren todos mis hoyos hábiles si así fuera®... Más bien deseo enfatizar la otra opción, la de no elegir por los roles tradicionales de esposa, madre, esclava®...

Y nada más sigo los procesos de lógica normales y sólo me remitiré a modelos de parejas que conozco y que me circundan.

Debido a la oeva, la dinámica cotidiana, el estrés, las deudas o los demás compromisos que surgen de la vida en pareja, ya nadie tiene tiempo de cuidar... su vida en pareja. Este sin sentido, que a la vez no es tan descabellado, es una circunstancia que me ha regalado la mayor cantidad de amigas divorciadas en un quinquenio, cifra que se incrementó en un cien por ciento respecto al quinquenio anterior, cuando las viejas tenían menos arrestos para querer divorciarse.

Ahora que ya están definitivamente hasta la máter tras más de diez años de casadas, hagan de cuenta que salieron desmecatadas a desflorarse a mozuelos que levantan sin concierto, en donde se les atraviesen esas pobres almas. Cabe mencionar que sus (ex) esposos, además de comprarse motos y carros nuevos, andan con nenas que milagrosamente, no les devolverán la rigidez total de sus erecciones si no se medican.

¿Qué estamos haciendo mal? Me pregunto entre un mar de...

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