Ivaginaria / Paredes que hablan

Quizás el primer acercamiento a la "educación sexual" para muchas personas es la lectura y escritura de mensajes sexosos, pornográficos y eróticos en las paredes de los baños públicos.

Es como una pornografía rupestre, como los dibujos de las cuevas antiguas: desde que entramos al primer baño público de nuestra vida obtendremos la visión y aprendizaje de cómo es un pene, una vagina, una vulva y hasta cómo se ven unas personas fornicando. Es un manual del sexo primitivo y orgánico con el que aprendemos morbosidades.

Es así que conocemos al pene como una caricatura, en forma de gallito inglés, con una cabeza partida en una raya y un tallo leve, con unos cojones invariablemente peludos. Gracias a la magia del marcador y su temporalidad en la pared, podremos ver a ese pene siempre erecto.

En el caso de las vulva y genitalia femenina, siempre están dibujados los coñitos en forma de cucaracha peluda, y es en donde reina el desencanto, porque generalmente dibujan a las genitalias nuestras como una sonrisa con bigotes, como una raja sorprendida sin mayor gracia que la de estar abierta.

Luego cuando vemos uno en vivo nos damos cuenta de la poca justicia que le hacen los dibujantes de baño a nuestra hermosa coña.

Esta práctica de rayar las paredes de un baño se llama latrinalia o graffiti de baño, y es una de las expresiones de nuestras pulsiones sexuales más antiguas: desde que un ser humano se encontró a solas en su proceso de excretar sus desechos o para masturbarse, pudo tener el tiempo de expresarse.

Y esa soledad del baño ha llevado a muchos a concentrarse en el hecho de vaciar sus pensamientos obscenos al no poder compartirlos con alguien más. En el anonimato y en la soledad podemos ser realmente quienes somos y poner barbaridad y media en los mosaicos blancos del tolido.

Porque no sólo se trata de poner las genitalias abiertas o bien paradas en los cubículos: el baño sirve también como confesionario y ahí escribimos a quién nos queremos tirar, a quién amamos, quién le pone los cuernos a quién, cómo folla determinada persona y en qué posiciones le gusta que se la acomoden, y un cúmulo de información que debiese no importarnos, pero ¿a quién no le gusta el chisme? En especial a aquellos que no solamente son lectores, sino que también hacen su aportación a las noticias que se escriben en las paredes del baño.

Estudiar los mensajes sexosos del baño es una tarea a...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR