Ivaginaria / La palabra perfecta

Existe una larga lista de cosas que no me gustan de los hombres, pero que he aprendido a tolerar siempre y cuando no violen mis derechos humanos y no afecte a mis finanzas.

No me agrada que un hombre se resista a utilizar preservativo. Tampoco que me permitan pagar la cuenta en las primeras veces que salimos. Menos que me dejen esperando, ni siquiera 10 minutos. Como me dan, doy, así es que el que se gana el premio mayor de mi atención tiene la enchilada completa.

Sin embargo hay un aspecto de algunos hombres que jamás he comprendido. Ese momento cuando una discute con ellos y de pronto, mágicamente, ellos revierten los papeles, tienen argumento para todo y tu te conviertes en la bruja del cuento y la que es culpable del mal momento.

Ellos siempre nos achacan el hecho de ser unas brujas, unas perras manipuladoras que nacemos con la habilidad de manejarlos a nuestro antojo. Nos acusan de ser unas zorras. De que empujamos la puerta con el trasero para entrar a donde mejor nos parezca.

También somos las culpables de que ellos pierdan su libertad, su dinero, y hasta en muchos casos, sus erecciones. Todo eso es cierto.

Pero así como nosotros tenemos una cualidad que bien administrada nos ayuda a manipular a los hombres de la manera que se nos antoje, ellos asimismo poseen su propia arma.

Saben perfectamente cuándo jugar a la víctima. Conocen el momento exacto para revertir un argumento en su contra y volverlo favorable hacia él.

Ejemplo. "Ramiro, ya no me sacas a cenar, ni siquiera me hablas de tu celular jamás ya que andas fuera de tu oficina todo el tiempo". Respuesta de Ramiro: "No tengo dinero, crees que soy millonario, solamente piensas en lo material y no te importa lo que siento".

Y así por el estilo. Ella: "Ramiro, ya no me haces el amor". Ramiro "eres una ninfómana".

Creo que no hay una medicina para curar a los hombres de ese terrible mal. Ahora se sienten tan amenazados por la avalancha femenina que harían cualquier cosa por hacernos ver como unas de lo piorsh. Y no está floreciendo mi feminismo. Yo ya me vacuné de esa enfermedad en el 98.

Sin embargo es mi deber defender a mis pares aunque no pueda recomendar un remedio en contra de los argumentos masculinos. Ellos siempre van a pretender que tienen la razón y lucharán...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR