Ivaginaria / Nalga de concurso

Él primero, y quizás el más famoso concurso de belleza de la antigüedad, fue aquél en el que el mortal Paris hubo de decidir quién era la más bella diosa del Olimpo.

Afrodita, Atenea y Hera, que no sólo eran diosas, sino las lagartonas más corrosivas del panteón griego, eligieron a Paris para que seleccionara a la más hermosa. Ellas sabían que el hijo del rey de Troya era la pinga más golosa y depredadora entre la banda mortal. Él fue quien le rayó la pintura a Helena y por andar de calientes se armó aquella guerra famosa por la cual ahora decimos: ardió Troya, cuando se presenta un jelengue mayor.

Antes de ser cuestionado por las diosas sobre quién era la más hermosa, contó con tres alicientes: Hera le prometió que, si la escogía, lo iba a convertir en emperador del mundo; Atenea le dijo que sería el héroe de todas las batallas y Afrodita, quien sabía perfecto que ningún hombre se aguanta ante un culo bonito, le mencionó como premio, que le daría a la mujer más hermosa... Acto seguido pasó lo de la guerra de Troya. Hera y Atenea odiaron para siempre al pitoloco de Paris, quien como buen mortal, era bastante cogelón y caliente, pero a la hora de los trancazos era el primero que se fruncía.

Este legendario y mitológico concurso de belleza nos deja dos enseñanzas que han prevalecido desde esos tiempos antiguos: que los hombres son fácilmente manipulables por la belleza femenina y que cualquiera que se sepa más o menos bonita o agraciada, sabrá usar sus herramientas físicas e intelectuales, para atraer la atención de un varón y obligarle a que haga a voluntad.

Que la belleza femenina es una moneda de cambio, que por desgracia, permite que se tase de verdad, como una cosa: por eso la trata de personas y otros atropellos a la integridad del cuerpo de las mujeres.

Desde que recuerdo, los concursos de belleza han sido la forma de determinar qué nalga está buena y cuál no, y qué beneficio se obtiene. Sólo califican el tafanario y cómo camina la morra en chikini, porque no me van a decir que examinan cualificaciones intelectuales.

Hemos visto hartos videos de muchas pobres concursantes ígnaras e iletradas que cuando deben de contestar las preguntas del jurado que dictamina su belleza, dicen sólo bla bla caca gua gua... De su boquita linda sólo emanan...

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