Ivaginaria / La mujer en ese hombre

Al mundo entero se le ha caído el peltre por completo porque el atleta olímpico, ganador de medallas de oro, Bruce Jenner, ha decidido públicamente hacerse una reasignación de género a nivel estético, corporal y hormonal, sin cambio de genitalia. De seguro lo conocen por ser el padrastro de las culonas más famosas del planeta, las hermanas Kardashian, quienes han generado un fenómeno mediático televisivo y en redes sociales, que las ha convertido en millonarias. Sólo por hacer nada y por estar buenas, que ya ha de ser bastante trabajo darle mantenimiento a esas carnes, como bien sabemos en esta nación de caderonas.

Bruce es ahora Caitlyn Jenner y apenas ha salido del clóset y del quirófano tras su procedimiento, ha conseguido más de dos millones de seguidores en Twitter en las redes sociales, es mencionado como una persona de respeto y ha sido muy elogiado por la decisión de hacerlo público.

Jenner ha vendido bien su nueva imagen como mujer, se refiere a ella en tercera persona, como que aún no agarra bien la onda, pero da pasos seguros sobre la decisión de vida que tomó. No vamos a discutir el nivel de lucro que obtiene al mostrarle al mundo su transición, pero dejando a un lado el sórdido tema de los centavos, sí se requieren muchos de los cojones que aún posee, para dar un ejemplo.

Bruce, Caitlyn, es una de las muchas personas en el mundo que no están en el cuerpo que desean. Su identidad de género no es acorde a su sexo género, es decir, una mujer u hombre que no se siente a gusto con su genitalia y desea hacer una vida como alguien de su sexo género opuesto.

Ser transgénero no es algo que se ande gritando, porque implica un riesgo de no ser aceptado, y de ser objeto de escarnio, más en un país tan machista, misógino, transfóbico y homofóbico como por desgracia, México es.

Pero para que no crean que nada más es salir a comprar unas garras de mujer y ponérselas, en el caso de un hombre o ponerse bigotes y sombrero en el caso de una dama, las personas que son transgénero pueden vivir existencias "normales". pero sin su identidad de género genuina. De esos mundos están hechos los señores que, sordeados, se travisten.

Debemos enfatizar en el hecho de que las personas travestis, no siempre son individuos...

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