Ivaginaria / Las mallas de Peter Pan

AutorElia Martínez-Rodarte

A algunos les dicen chavorucos. Ya los cuentan como activo fijo en sus casas. Y a esta dejadez de un señor mayor de 30 años, sin visos de matrimonios o amachinamientos, se dice que tienen el Síndrome de Peter Pan. En vez de llamarles solterones u "hombre maduro joto seguro", en el lugar común homofóbico, se les asigna la cualidad de este personaje de mallas voladoras, quien se negó a crecer y por eso protagoniza un cuento mamila.

La gran mayoría de las mujeres que ahora se encuentran en una sangrienta cacería de novio, hombre, amasio o esposo de otra, es porque desean amachinarse con alguien caiga quien caiga. Estas medidas desesperadas de algunas brujeres por encontrarse alguien con quien dormir todas las noches, las lleva a tomar elecciones de batos que están para la basura, y levantan pura garra.

El problema es que entre esos saldos terminan saliendo con hombres que seguramente les darán largas al compromiso, porque esas criaturas llevan años evadiendo la guadaña del matrimonio.

Los hombres con síndrome Peter Pan, por desgracia también son etiquetados bajo el esquema en el cual, para cierta edad, deben de estar casados o comprometidos, o con una novia que les esté dando vuelta a la cuerda en el cuello lentamente, o son tipos que ya debiesen estar considerando la compra del anillo de compromiso para esa santa mujer, que les ha acompañado pacientemente durante años, esperando la sortija de compromiso o embarazarse para hacer el amarre completo.

Con lo que no cuentan estas incautas, es que el hombre con Síndrome Peter Pan lo tiene todo perfectamente calculado para que ningún pececillo se le salga de orden, y se protegen ante cualquier posibilidad de compromiso.

¿Cuál es el remedio sabio y conducente para este tipo de situación?

Lo mejor en este caso, al relacionarse con una pareja que vive metido en las mallas de Peter Pan y no quiere volar con Campanita, es mandarlo con el cocodrilo del Capitán Garfio.

Queridas mías: creo que ya a estas alturas de la historia de la humanidad y de las mujeres, estamos lo bastante peluditas como para no darnos cuenta cuándo no funciona una relación y cuál es el momento en el que debemos de soltar los trapos viejos para conseguir algo nuevo que ponernos.

La...

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