Ivaginaria / Mallas para hombres...

El cuerpo, por desgracia se hace a la moda, mientras que la moda nunca se hace al cuerpo. Ahora gracias a que podemos ver al mundo en vivo mientras se hace pedazos, también podemos notar cómo la industria de la ropa jamás ha tenido un gramo de sensibilidad hacia la fisionomía del ser humano. Nosotres somos quienes diseñamos la ropa para fines prácticos, y por ejemplo, cuando se trata de seducción, acomodamos los escotes, calzamos minifaldas, sale el traje chido y favorecedor, porque la realidad de nuestra ropa sin duda determina nuestras relaciones. No he conocido sitio en el universo como México, en donde cómo te ven te tratarán...

Por ello aún no me acostumbro a la idea de las mallas para hombres. Desde ahora decreto al mundo, que quien quiera que sea se ponga la ropa que más le venga en sus cojones y ovarios, y que asuma que va a ser juzgado, porque nadie se salva del juicio ajeno ni muerto ni inmóvil. Pero también estoy en mi soberano derecho decir que no siempre estoy en el talante de estarle viendo los huevos a un señor, sólo porque le encanta andar apretado.

He apoyado todas las causas buenas, que creo justas, que me son convenientes incluso por cuestiones de género y de derechos de las mujeres, pero en serio, la moda de las mallas sólo acarrea problemas de observancia estética para prejuiciosas así como yo, sino que está fomentando un contacto muy íntimo y cercano entre la tela, las ingles y los genitales.

Esto quizás en algunos casos sea favorable para quienes hacen ejercicio, favoreciendo la hidratación. Pero para quienes andan apretados porque quieren lucir culto y pierna, haya o no, los cuidados deberán ser otros.

Las mallas o pantalones muy apretados para varones, llamadas calzas por referencia etimológica al hueso calcáreo, fueron diseñadas para la comodidad de los hombres en situaciones prácticas como la lucha en el campo de batalla, para montar más cómodamente y proteger su pudenda del roce y también en siglos más recientes, como un ropaje de estatus que sólo pocos señoritos podían usar.

Esos siglos de cortes alocadas y nobles de gusto dudoso para vestir, parecen tan lejanos y olvidados, pero los nuevos cortes de pantalón, incluso algunos que son mallas que simulan pantalón, están de vuelta para vestir a toda clase de cuerpos masculinos.

Me parece inmoral que los batos se burlen de algunas...

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