Ivaginaria / La lujuria para la ansiedad

Andamos a reventar y con todo. La ansiedad es lo de hoy y será por largo tiempo. Muchas personas a nuestro alrededor, nosotros mismos, podríamos ser pacientes psiquiátricos en algún momento de nuestras vidas, mientras que otr@s ni lo detectan, o como suele suceder, no lo aceptan o reconocen. La depresión y la ansiedad son comúnes y recurrentes en México, y son un problema de salud pública.

La actividad sexual en sí puede ser una razón para generar la depresión o la ansiedad, porque hay o no hay, o no es satisfactoria, pero nunca será factor ajeno al equilibrio psicológico y emocional. Por ello la lujuria no es una simple medida trivial contra la ansiedad, porque en algunas personas podría generar más ansiedad o depresión, pero es necesario asimilar que la actividad sexual, el sexo, el fornicio, el faje y las caricias y el intercambio sensual, son paliativos.

La lujuria sí nos salva. Sin embargo, parte de la ansiedad puede ser la ausencia de respuesta sexual o indiferencia a la actividad sexual. Lo importante será aplicar la sensualidad para que funcione aunque no haya coito: las pieles reaccionan con otras pieles. Esas leyendas malvadas de que existen batos y ñoras que andan de genio siempre porque nadie les tira un paro, ni se los tiran, ni les fornician, podrían ser ciertas. En particular para cada individuo y lo que valore el sexo. Y el sexo nos tasa, nos da valor y refuerza nuestra autoestima. Nos guste o no.

Y ni siquiera debe de ser tan afrentoso el meneo. Tan sólo la actividad de ejercicio que puede implicar cualquier coito o beso o faje o trenzamiento de cuerpos, ya involucra a varios músculos, ya hubo adrenalina, serotonina y una poca de oxcitocina para poner esas paredes vaginales a prensar al prójimo como le gusta a mamá.

La ansiedad y la depresión son enfermedades que afectan a un gran sector de nuestra población, y según la Guía Clínica para el Tratamiento de la Ansiedad de Gerhard Heine y Pedro Camacho para el Instituto de Psiquiatría Dr. Ramón de la Fuente, no sólo son de los padecimientos más recurrentes, sino que la mayoría de ellos no son tratados y generan otra incapacidades.

Aunque el fornicio no sea la panacea, ni tampoco un coito mucho menos, la procuración de placer y conexión física, emocional y afectiva, puede generar estadios que aminoren los estados de ansiedad y...

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