Ivaginaria / Lubricantes naturales del cuerpo

AutorElia Martínez-Rodarte

Primero, lo horrible: el líquido preseminal así como los fluidos vaginales que el cuerpo produce, son dos de los cinco fluentes del cuerpo que transmiten el virus de la inmunodeficiencia humana, junto con la leche materna, el semen y la sangre. Al entrar en contacto con un tejido o mucosa o área del cuerpo que esté herida o sangrada o rasgada o con alguna alteración que permita una infección de transmisión sexual o vih, sucederá. Apreciemos los fluidos de nuestro cuerpo, porque su función perfecta nos ayuda además a la fricción con un condón puesto de forma responsable.

¿A qué viene tanta precaución? Porque aunque está hermoso lubricar como cascada, ésta será complementaria al apoyo que nosotros le brindemos a nuestro cuerpo, más cuando se trata de zonas que no lubrican como el ano. Ahí se me le aplican mucha pasta, es decir, lubricante a base de agua a como se vaya necesitando.

Las glándulas de Bartolino (o glándulas vestibulares) de las mujeres, producen la genitalia mojada y una buena lubricación y no sólo facilita la fricción: lo mojado es inversamente proporcional a la respuesta sexual humana. Más cachondo más mojado, y por supuesto que es gracias a las operaciones del hipotálamo y la hipófisis que regulan estos procesos de humedecimiento, de la respuesta sexual humana y todos sus milagros. Sin embargo estos pequeños orificios situados a los lados de la entrada a la vagina, realizan su labor de humedecimiento pese a muchas circunstancias adversas. El cuerpo siempre actúa de forma sabia.

Gracias a Caspar Bartolini, un anatomista danés del siglo 17, sabemos de la existencia de estas glándulas que fueron nombradas en honor a su descubridor. De los métodos de manejo de los cuerpos para conseguir sus hallazgos, mejor ni preguntamos, porque entramos en el hórrido debate de cómo le hicieron.

El funcionamiento de estas glándulas parece una labor modesta, pero si a la vagina no entra el pene no ingresa el semen y sin espermatozoides en busca del óvulo, no hay criatura, ergo especie. El líquido transparentoso o blanquecino, que emiten las glándulas de Bartolino coadyuvan a la efectividad de una penetración. A veces es tan entusiasta la labor de estas glándulas, que el pene se sale como pez resbaloso y es muy difícil volverlo a meter, por lo mojado que se...

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