Ivaginaria / Las hipocresías clásicas

AutorElia Martínez-Rodarte

Cuando alguien dijo arrastrando las palabras como losas: "pero es que en serio, yo sí espero que mi ex sea feliz con su nueva pareja porque se lo merecen...", sentí el peso severo de su choro. ¡Claro que no deseaba la felicidad de su ex, de su nueva pareja, ni de nadie en el mundo que estuviera de acuerdo con esa idea de noviazgo de su ex nalga.

Querido público, si quieren paletear siendo hipócritas al decir que les late algo bien chido pero que, por obvias razones odian, se están envenenando solit@s. Digan la neta: "me caga que mi ex ya tenga novi@"; "odio a mi suegra y cada vez la tolero menos"; "siempre estarás así de gord@ mi amor"; "no hueles muy bien al final del día"...

Esta columna está hecha a base de verdades o de verdadazos, pero cuando se trata de sexualidad y de relaciones, nunca sobra una palabra honesta. Muchas veces para salvar todo, otras, la mayoría, para mandarlo a la reata...Pero yo digo que siempre es mejor la verdad a la indulgencia. La indulgencia es la hermana de la tolerancia. La tolerancia de la resignación. Y la resignación en una pareja lleva directamente a los calzones de otro ser human@.

Otra de las 10 clásicas de la hipocresía es un señor alabando al novio de su ex. Generalmente se refiere a él para compadecerlo, pero alguien que dice que un bato de una morra es una buena persona, ahí existe una cosa podrida.

Me encantan las santas madres de cualquier criatura que se esfuerzan también en ser correctas y decir algo bueno del especímen que les han llevado a casa de nuevo novi@. Sólo el horror está en sus caras cuando se refieren a su futuro yerno o nuera y sólo atina a decir: "pero es muy buena gente".

Esto se extiende a cualquier miembro de la familia que crea que su parientito está bordado a mano y su novi@ es muy chafa.

Otra hipocresía clásica es la que se ejerce con los amigos de la pareja. Cuando menos siempre hay uno que nos revienta las pelotas / ovarios. Yo he aprendido a tolerar a esos que me cajetean la paciencia, pero siento que ya no tengo obligación de hablarle a ninguno. Aguanten vara con los compas nefastos de la pareja, pero cóbrense bien cobrado la tolerancia...

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