Ivaginaria / Haciendo la casita

Una de las razones por la que no me gusta irme de visita a casa ajena es porque soy bastante conchuda. Yo me puedo quedar a vivir en tu hogar sólo para evitar la fatiga de empacar mis dos garras. Soy una lapa comodina.

Pero así como soy de especial para las estancias, soy igual con la casa. No me gustan las visitas y menos sin avisar. Me encanta dormir sola, no me agrada que agarren ciertas cosas de mis espacios (sobre todo de la cocina, baño y recámara) y no soy afecta a que me den órdenes. Y en mi propiedad mucho menos. Entonces por eso no tengo pareja viviendo en mi casa, por salud y por egoísmo.

Cuando llego a este punto de la columna, mi pregunta es: ¿les digo lo que pienso o mejor hago una lista de 10 cosas para que la gente que se va a juntar se la lleve más chido? Como carezco de poder para detener a las personitas que se ayuntarán en la misma casa, no me queda más remedio que advertirles de los asegunes.

  1. - Si saliste del hogar paterno/ materno a vivir con el individuo o la mujer, es momento de que olvides la vida doméstica como la conoces para entrar a la dimensión de negociar el bienestar del hogar nuevo. Todo debe ser una misión compartida, tanto en limpieza como proveeduría y manutención.

  2. - Negocia desde el principio los básicos sobre el sueño y el colchón: ¿de qué lado de la cama quieres dormir?; ¿qué hacemos si nuestras horas de sueño son diferentes?; ¿puedo asfixiarte con la almohada si roncas?; ¿cómo dormiremos si todavía meas la cama?; ¿podríamos tener cuartos separados?; ¿forniciar antes de dormir, al despertar o...?

  3. - Acondicionen sus horarios para compartir al menos una comida al día. La vida en pareja se nutre de los alimentos. Todo lo que ingresa por nuestra boca para nutrirnos debe ser un tributo a nuestro cuerpo, y compartirlo con alguien que empatice contigo, es un gran logro.

  4. - La vida en pareja y bajo un mismo techo significa que tendrás que hacer acomodos en tu vida social, en especial la que se refiere al espacio común. Ya no es el sitio en el que tus amigotes se rascaban los huevos aventándole cacahuates a la tele en cualquier juego de futbol, ni es el sitio en donde tus comadres se ponen ebrias y guacarean en la sala. Podría serlo, si quieren seguir jugando a la casita de la universidad.

  5. - Defiende tu vida privada como...

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