Ivaginaria / La gorda

Haber sido una niña gorda, así como me pudo dejar las peores memorias también me ha dejado las mejores, porque por una parte la niña gorda crece como una mujer gorda, aunque no lo esté, pero en su mente sí y si una no lo asume, se quedaría de por vida y como sea permanecerá el amor por la sagrada comida. Ahora que estoy mega buena o al menos eso me siento para que incida en lo que quiero hacer bien, me recuerdo de niña seguido porque algo conecta directo con esa criatura gordezuela que se ponía vestidos floreados sueltos para despistarle a la panza: la conexión es la comida. Me mega encanta comer.

Siempre comí fabulosamente, mi mamá es una gran cocinera y nunca me privé de nada. Era de las niñas que se comían las tortillas de harina recién hechas con mantequilla. Las que mi mamá hace son unas rondanas como de medio centímetro de ancho, con esas vacunas manchitas poblando la masa blanca. Blanco norestense. Luego les ponía un trozo de mantequilla que esparcía en cada punto del círculo sagrado de la tortilla de harina, salvando las mínimas pendientes y sintiendo esa piel flojita que se le hace a la tortilla chida cuando se infla triunfal y saca el aire caliente. Luego la doblaba con cuidado de que no se goteara la mantequilla y engullía ese taco de grasosa suavidad.

Eso sí, y es increíble, pero aunque en mi cabeza soy una persona tragona, en la realidad quizás no coma tanto. Puede ser que ahora coma la mitad de lo que comía cuando era niña. Siempre pido comida abundosamente, pero por lo general me acaban corrigiendo la orden porque siempre me sobra la mitad de la comida. Mis novios me piden la comida así: medio burrito, media orden, menos papas, a mis espaldas claro...porque yo siempre pido el marrnowsky que nunca me acabo. Creo que como mucho, en mi mente. No es cierto. Igual me pasa con la bebida.

Para que se den una idea en todas las ciudades en donde me leen: en CDMX me como un consomé chico y muy a huevo un taco de barbacoa. En Monterrey sólo me como una orden de tacos al pastor...sin copia. En Guadalajara me echo siempre una birria chiquita o media torta ahogada. En mi cabeza creo que puedo con el entero...

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