Ivaginaria / Fuera del clóset

AutorElia Martínez-Rodarte

¿A quién le importa nuestra orientación y preferencia sexual?

En una sociedad en la que estamos normados, erróneamente, por el ser hombre machín y mujercita muy femenina siempre será raro ver a alguien de una preferencia sexual diferente a la que se considera tenemos todos y todas.

Por ello la expresión salirse del clóset corresponde a ese momento en que una persona gay, lesbiana o bisexual se manifiesta respecto a sus pulsiones sexuales y eróticas. Es decir, cuando alguien desafía los cánones heterosexuales a los que estamos acostumbrados y sexualmente se define ante el mundo.

El fin de semana pasado, este 11 de octubre, se celebró el Día Internacional de la Salida del Clóset, que es una fiesta que conmemora ese momento en que la gente manifiesta sobre sus verdaderas preferencias sexuales.

Una de las que comenzó este movimiento fue Jean O' Leary, quien fue una monja lesbiana que un día reveló sus preferencias sexuales ante su congregación, La Humildad de María, y se armó el despitorre. Con el tiempo ella se ha convertido en unos de los símbolos de libertad y congruencia del movimiento gay, por lo que después de una multitudinaria marcha en Washington en 1998, se instauró el día de salirse del clóset, liberando muchas genitalias de sus obligaciones de rol de género heterosexual.

Esta señora no sólo fue un ejemplo que abofeteó a una institución religiosa, que no sólo penaliza la homosexualidad y el lesbianismo, sino que además ha instaurado el celibato como ordenanza de sus agremiad@s. O' Leary fue expulsada de la iglesia, pero fue congruente con sus principios de defensa de la comunidad LGBTTTI, pero en especial de los derechos de las lesbianas. Murió en 2005, dejando una pareja e hijos, uno de ellos homosexual y con descendencia también.

Sin embargo, ¿es necesario salirse del clóset por parte de las personas gays, lesbianas y bisexuales?

Si un día alguien te pregunta qué te gusta, si los hombres o las mujeres, la respuesta siempre debe ser: ese asunto no es de tu incumbencia. Porque no es negocio de ninguna persona el hecho de que nos tiremos a la gente que más nos guste o por la que sintamos alguna pulsión romántica. Aunque te veas "muy normal", a nadie nos incumbe qué o a quién se come el prójimo.

La salida del clóset sólo es un asunto...

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