Ivaginaria / El estigma de los hombres buenos

No puedo evitarlo. Siento una apacible felicidad porque Italia ganó la copa mundial de futbol el pasado domingo. Tengo amoros@s amig@s italian@s así como frances@s, pero existe una cualidad de los galos que me revienta los cojones de una manera superlativa: no saben perder ni a las canicas. Les bleus no guardaron ni siquiera las formas y el honor del derrotado al quitarse la medalla del segundo lugar. Acéptenlo, poseen una soberbia que ya ni siquiera su historia y referentes pueden avalar.

Yo sé que con este comentario quedo fuera de las candidatas a la Legión de Honor Francesa como la Loaeza o la Poni. Pero espero que otro país de habla francesa, Haití por ejemplo, me premie por mi contribución a la mejora del beso francés. Roma se devoró a Galia una vez más, como ya hizo con los germanos. La historia es cíclica, malvada y vengatrice como una mujer despechada en plena menopausia.

Este tema de los hombres buenos a los que siempre les están viendo la cara lo he querido abordar desde hace mucho tiempo y creo que lo he hecho desde diferentes ángulos, pero hace poco me escribió un amigo de esta columna explicándome su situación y quise compartirla con ustedes, para que si están en las mismas, pongan acción y soluciones.

"La persona que he amado por cuatro años se ha ido con el amor de su vida, bueno, al parecer están empezando la relación... yo la amo más que a mi propia vida, y el hecho de saber que hay otra persona moviéndole el tapete me hace sentir peor que una basura... cuando empecé a andar con ella, los dos salíamos de una relación muy difícil, pero ella se desquitó conmigo de todo lo que la hizo sufrir su ex, mientras que yo di TODO de mi parte para que la relación funcionara, y no me explico el por qué, mientras más ama uno a una mujer, ella siempre se pone a buscar a quien no la quiere, pues varias veces estuvo a punto de regresar con su ex, quien la hizo sufrir demasiado... Yo tuve que pasar por el trago amargo de encontrar a mi novia teniendo relaciones con otro y ahora tengo que pasar el trago amargo de perder a la mujer que mas he amado en la vida, no existen palabras para describir el dolor que se siente cuando pasan estas cosas... tengo que aceptar que, por más que uno ama a una mujer, no hay nada...

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