Ivaginaria / Deja en paz a sus amigos

Por alguna maldita razón, a las personas en general, a nosotr@s mism@s en ocasiones, nos pegan los atoles e incurrimos en el síndrome del restaurante. Se nos andan antojando siempre los novios, amasios, amantes o puches de otras personas.

El verdadero problema empieza cuando alguien se clava en la textura y con ánimo de emociones fuertes, se empieza a fijar en los prospectos más peligrosos como amigos, parientes cercanos y gente querida de quien nos relacionamos.

En este caso que nos ocupa el día de hoy, se trata de los amigos de tu pareja. Me escribió un compa de esta columna, que siempre me cuenta de su proclividad de enamoriscarse de las amigas de su morra en turno. Ya le dije que vaya a que le den una barrida, porque desde que recuerdo, este querido amigo tlanepantlense, posee la compulsión de querer rayarle la pintura a las mujeres que rodean a su chica.

La última vez, hace dos años, cuando él tenía poco de estarme enviando correos y opiniones sobre la columna, me contó que estaba rondando en el peligroso terreno de arrimársele a la mejor amiga de su novia de aquellos años. Por su falta de pericia en los terrenos de la infidelidad, práctica que sin duda no está hecha para cualquier papanatas, logró ser descubierto y su relación se fue al caño.

Después de muchos años de chacoteo impune y de ires y venires de correos, llegamos al entendido que es mejor no andar untándosele a las amigas de sus mujeres, sino quería salir con los cojones maltratados.

Pero ay, nos encanta la mala vida y como diría nuestro santo padre José Alfredo, nada me han enseñado los años..., mi buen compadre se volvió a liar con una de las compañeras de trabajo de su actual nena.

Nada más fue cosa de que lo invitaran a una reunión de las fiestas patrias para que éste se pusiera a coquetearle a la muchacha con la cual su novia comparte oficina en la misma empresa. Le hice varias preguntas de mucha ciencia y filosofía cuando tratamos este entuerto: ¿quieres a tus cojones enteros?, ¿te gusta que te rompan tu carita?, ¿gozas de los tablaos flamencos que te arman tus novias? O... ¿de plano te gusta el drama?

Porque si una cosa es verdadera en este mundo, es que existen personas que no pueden vivir sin un pequeño...

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