Ivaginaria / Día del hombre y del inodoro

AutorElia Martínez-Rodarte

Ayer se celebró el día internacional del hombre y el día mundial del inodoro. Anduve con el pendiente de a quién debía celebrar primero. Y como la naturaleza es perfecta, pues los primeros parabienes fueron para el dios de porcelana, el cual tuvo a bien de recibir mi dádiva matutina.

El Día Internacional del Hombre, que fue instituido hace casi 14 años, es por primera vez una efeméride viral, sin duda por el apoyo de las redes sociales y ahora se celebra en 70 países.

Sí es necesario un día del hombre, al menos hasta que no sea necesario un día de la mujer. Que exista un festejo que dedique una jornada entera a las féminas, quiere decir que las cosas en el planeta están lo suficientemente hórridas para que cada 8 de marzo actualicemos estadísticas de violaciones, feminicidios, abortos, embarazos adolescentes, casos de tratas de blancas, trabajo sexual y de otras situaciones en las que las mujeres pueden tener un entorno de desventaja, de violencia, de discriminación o de violación a sus derechos humanos. Un 8 de marzo de cada año nos recuerda que pasarán muchas décadas antes de que vivamos en una verdadera equidad e igualdad de género.

Pero ante la celebración del día del tolido, el día del hombre se vio un poco deslucido, y claro, ya saben que un hato de lagartonas infernales se aprovechó para hacer bromas malevas y comparaciones entre los señores y los inodoros, los cuales de inmediato reprobé por ser sexistas y misántropos. Los hombres son nuestros mejores aliados y si no lo son, aprendamos al menos a rodearlos.

El mundo brujeril está cambiando un poco, hay ciertos grados de empoderamiento, a veces mal entendido; ergo las condiciones de los nuevos hombres también han mutado, porque se están encontrando que algunas señoras con el espíritu de Paquita la del Barrio o Jenny Rivera en sus dentros, se les echan encima sin provocación, o son muy entronas, o tienen muy mal genio, o son mañosas y arrancan en tercera por nada... Y aclaro: son gorgonas por la nada. Muchas quizás quisieran la venganza ante una vida patriarcal y machista a la que fueron sometidas toda su existencia. Las entiendo. Pero también es un rencor inútil: portándonos perras con otros hombres que ni tienen la culpa de nuestras cuitas...

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