Ivaginaria / Cornudo porque quiere

AutorElia Martínez-Rodarte

De mis seguidores más comunes en Twitter en @Ivaginaria, los más habituales son: escorts, batos lujuriosos de todas las denominaciones y desde hace mucho, parejas swinger. Una de éstas me invitó hace unos meses a integrar un trío, a lo cual decliné respetuosamente por varias razones: una porque no quería, dos porque era en otra ciudad y tres porque realmente hago poco sexo espontáneo con desconocidos últimamente.

El mundo del intercambio de parejas o swinger ahora no es tanto lo mío, pero es una de las prácticas con las que sin duda, la dinámica sexual de una pareja cambia: es un momento de transición para quienes eligen compartir, porque es una expresión de su sexualidad también y de su inteligencia emocional: es de una madurez y reflexión extraña un movimiento así en la vida de compañía amorosa o romántica. En el swinger o intercambio existe una gran demanda, una enorme diversidad de personas dispuestas y sorprendentemente las mujeres exigen una actividad extrasexual mayor, porque sus parejas se les ponen rijosos o aburridos o las dos anteriores. No está ceñido a la preferencia sexual, eso es lo que veo actualmente, porque las parejas hombre-mujer que invitan a un bato, están a la alza.

No está nada mal que un hombre acepte el trío de su morra con bato, porque eso irá en beneficio de su rendimiento. Pero la variedad de swinger o intercambiador de pareja que me ha llamado mucho la atención últimamente, no por nuevo si no por su temática, es el señor que comparte a su esposa o marida y es quien publicita los encantos de su compañera sexual, y se autodenomina "cornudo".

Es como un padrote con licencia matrimonial, pero posee la particularidad de asumirse como un cornudo vouyerista que acepta compartir a su esposa, porque está bien buena, porque quiere verla feliz y porque es una forma también de mantenerla bien nutrida de contactos sexuales.

Aunque el arquetipo del cornudo sigue siendo uno de esos temas recurrentes que tanta felicidad aportaron al cine de las ficheras en aquellas locuaces décadas, no deja de ser popular, e incluso puede llegar a ser hasta parte de los géneros de la pornografía: mucha banda goza de las clásicas escenas del bato espiando a la señora que se baña sabrosa y lentamente, repartiendo...

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