Ivaginaria / Celos: pasión fuera de órbita

Ana Karenina en un ataque de romanticismo rociado en vodka se tiró a las vías de un tren por celos: moría de amor por el Conde Wronsky. En un alucine barato de Ana quien creía, sin fundamento sólido, que Wronksky la engañaba, se suicidó. Para mayor detalles lean a Leon Tolstoi.

Otelo mata a Desdémona creyendo, sin fundamentos válidos, que ésta se ha arrejuntado con su amigo Casio por una intriga del malvado Yago. Tras toda la telenovela Casio vive, Otelo se suicida y Yago queda como idiota. Para abundar en detalles morbosos favor de leer al gran jefe Shakespeare.

Lisa Nowak, comandante de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos y astronauta, manejó una distancia similar a la que existe entre el Distrito Federal y la ciudad de Durango, para atacar a una supuesta rival de amores y compañera astronauta, Colleen Shipman, por celos. Lisa, sin fundamentos comprobables, pensaba que Colleen tenía un amorío con Bill Oefelein, otro astronauta del cual Lisa está enamorada, pero con quien no mantiene una relación. Para marranearse en el morbo de esta historia favor de leer cualquier periódico en el mundo en este justo momento.

Quisiera saber de qué tamaño, con qué ardor, cuál es la magnitud de la pasión de Lisa Nowak, quien haciendo gala de un comportamiento absolutamente psicótico, descontrolado, irracional y alterado, manejó más de mil 500 kilómetros con intenciones homicidas hacia una persona que lo más seguro, ni tenga nada que ver con su amado.

La NASA está sorprendida porque sus astronautas son entrenados para "tener sangre fría a toda prueba". Pero Lisa nos enseñó que la sangre fría a toda prueba es un signo irrevocable de que una persona no tiene sangre en las venas.

El único comportamiento razonable de Lisa fue haberse puesto un pañal para orinar y defecar en el trayecto de manejo para que nada, ni las necesidades del cuerpo, la distrajeran de un objetivo asesino comandado por las huestes más feroces que habitan en el círculo del purgatorio del corazón humano: los celos.

Los altos mandos de la NASA están sorprendidos: una mujer entrenada para caminar entre las estrellas no puede experimentar un desgobierno tal porque la instrucción que ella ha recibido demanda frialdad y control.

Insisto. Quisiera sentir por dos segundos la pasión de Lisa Nowak. Quiero imaginarme por qué estaba tan engorgonada y experimentar el mecanismo de los celos y de la insania al sospechar, ni siquiera poseer la certeza en sus manos, que el tipo al que ama estaba liado con...

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