Ivaginaria / La cabeza

Los sitios del placer en el cuerpo son diferentes en cada persona y se estimulan según cada quién. El glande del pene, la cabeza, es uno de esos lugares ambiguos en donde el placer se siente intenso o doloroso, o quizás no es un sitio preferente en el guaguis, pero puede serlo; es demasiado sensible. La cabeza del pene es un descubridor y abre caminos.

La cabeza del pene o el glande es la parte que reconoce la zona y un indicador de placer importante, porque incluso el orgasmo masculino se puede supeditar a esa punta.

Siendo la parte del pene que reconoce el territorio, su función en el cuerpo es muy respetable y fundamental. El glande es una guía del placer y atiende a las zonas más sensibles de la vagina porque es quien toca primero.

El glande es una parte del cuerpo muy peculiar, porque en ciertas ocasiones suele ser de color distinto al pene, porque las pigmentaciones de la piel son diferentes. Es decir, que podemos encontrar un pene bicolor sin problemas, y esto no demerita en nada su funcionamiento u operación.

Esto también se relaciona con la textura más gruesa de la punta. Imagínense que el glande no fuera tan forrado y fuerte, en la primera metida o coito se pelaría con facilidad y sería lastimado. El pene es más rugoso y aguantador en la punta.

Aunque un@ piensa que el glande es fuerte y está hecho para la penetración ruda, existen partes del cuerpo ajeno que lo tratan con rudeza, y un pene sin lubricante a base de agua en un culo, puede sufrir mucho incluso irritarse, si se mete sin la lubricación adecuada.

En el glande también observamos particularidades del pene, como lo son las pápulas perladas. Estas pequeñas protuberancias, si no molestan, son absolutamente inofensivas. Estos son resquicios milenarios de la evolución del pene. En otrora el pene estaba armado, por decir de una forma, de pequeñas protuberancias que servían para sacar el semen de otro hombre. Como la construcción social no contemplaba una exclusividad de pareja, era normal que una mujer tuviera relaciones con el hombre que se le antojara. Entonces esas aplicaciones en el pene servían para sacar o "arrastrar" el semen de otro que se hubiese quedado en la vagina de una mujer. Es un principio natural y milenario, que comparten muchas...

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