Ivaginaria / Así se hacen los chismes

Les voy a contar un chisme. Fíjense que el otro día estaba platicando con mi amigo especial y me cuenta que uno de sus mejores compas, que le encanta el lavadero como a nadie, le dijo que otro amigo (más cercano a mi y otro también con boquita de cemento) le había dicho que yo andaba haciendo equis cosa que ciertamente afectaría nuestra relación. No les voy a dar los detalles morbosos porque tampoco soy tan mensa para ventilar todas mis cosas privadas, sólo las que sean de utilidad para nuestra educación sexual.

Sólo fue enterarme y hagan de cuenta que me pusieron un hilo de cuetes encendidos en el tafanario. No recuerdo haber estado tan furiosa desde que perdí un avión hace poco en uno de esos aeropatitos que te venden el boleto a cinco pesos y luego te ensartan cancelaciones de dos mil.

Acto seguido después de que me engorgoné activamente, le llamé al amigo chismoso y como dirían en Veracruz: me oyó el hocico. Creo que no he insultado tanto a alguien en voz alta, desde que estuve diciéndole improperios a la televisión cuando apareció cierto político cuyo nombre no quiero recordar. (Ash sí soy de las que le habla a la tele, me urge medicación se me hace).

Por supuesto que el individuo, con quien me unía una amistad de años, fue mandado allá donde saben. Del otro chismoso ni me ocupé de él, porque quedé exhausta de mentarle la madre al que me correspondía a mi.

Acepto que a todos nos encanta el chisme. Asumo también que es deporte nacional meternos en lo que no nos importa. Que tire la primera piedra quien no ha andado chismoseando, porque a todos nos gusta aventar dudu sobre las personas. Incluso malsanamente lo gozamos y somos conscientes de que estamos haciendo algo nocivo, pero sabroso. Como cuando comemos chicharrones, ash.

Pero luego de que también tuve refriega con mi amigo especial, yo creo que para tener la revancha de la contentación que es mi parte preferida de las peleas, pensé: neta ¿¿soy tan importante para que la gente ande comentando mi vida?

Porque el chisme era una cosa bien equis. Ni siquiera tenía los elementos buenos del chisme que a saber son: debe ser algo escandaloso y que...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR