Ivaginaria / El arca de Noé

Después de que en el siglo XII nace oficialmente el amor, como una manifestación concreta del proceso bioquímico que hace detonar este sentimiento, el caos se hizo. Hablamos solamente de Occidente. Luego por esas fechas se sacralizó la idea de que la unión hombre-mujer debe ser bendecida por la iglesia y oficializada por el gobierno. Ambas instancias eran casi una sola por aquellos tiempos de Dios y el Diablo, así que cuando cada bando se hizo autónomo, entonces empezó aquello de casarse por las tres leyes.

Siempre me pareció un sin sentido ese dicho de que una persona se casó por las tres leyes: por la iglesia, por lo civil, y por imbécil, utilizando el más correcto y aproximado de los eufemismos de pen...

Si alguien se casa es porque está tomando una elección de vida que le compromete ante el mundo a exponer una alianza oficial para que con ello conformemos una enorme arca de Noé en la cual quien no está emparejado y enlistado como tal, no existe.

Afortunadamente las leyes de alguna manera se han reformado para que los hijos de parejas no casadas sean oficialmente reconocidos y no sean "naturales", término que con el tiempo, ha adquirido muy feas connotaciones.

Las mujeres mexicanas, pese a que nos hemos convertido en el consumidor número uno del país y representamos el 84.6 por ciento de la población que se hace cargo de la jefatura de los hogares de nuestro país (según datos del 2000 del INEGI), no han optado por experimentar la independencia en todas sus formas.

Ahora todas se quieren casar o emparejar, tal y como sucedía hace siglos. La razón es muy simple: salvo un porcentaje mínimo, ninguna mujer tolera la soledad, y mucho menos, la idea de terminar ancianas sin descendencia.

La gran mayoría de nosotras siempre estamos hablando de hombres y de las broncas que tenemos con ellos. La plática gira alrededor de los señores.

No pretendo sugerir entornos en donde los varones desaparezcan, pero sí es necesario pensar por y para nosotras mismas si deseamos un poco de paz mental de vez en cuando.

Estamos tan empeñadas a seguir el modelo del Arca de Noé, vivir en pareja, tener un compañero, a alguien quien nos haga el amor y que nos ayude a producir hijos, que pasamos la mitad de nuestras vidas pensando en cómo hacer para que la persona...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR