Ivaginaria / ¿Te acabas de casar?

AutorElia Martínez-Rodarte

Una nena linda que se acaba de casar me pregunta: ¿qué consejo me das para mí que acabo de casarme? Ay... Primero, felicitaciones, muchas. Casarse es un compromiso tan grave y tan tremendo, que no sólo requiere toda la atención de los casad@s, sino una visión nueva del universo tal y como lo han concebido.

Desde pequeños, quienes hemos creído o no en el matrimonio, poseemos una visualización de lo que va a ser nuestra vida de aquí hasta que dure el compromiso. Porque nada es para siempre, ¿estamos de acuerdo?, pero con buena voluntad y muchísimo trabajo, esa alianza puede ser para toda la vida.

Quienes me leen desde hace años, saben que mi lema sobre el asunto de convivir en lo cotidiano con alguien es: nadie sabe cómo es Andrés hasta que vive con él un mes.

Primero que nada, quién iba a saber que a aquel le iban a apestar tanto los pies. O a aquella... Porque se dan casos extremos en los que los defectos que una cree que son de batos, corresponden también a señoras. Nosotras también tenemos fluidos y expelemos y excretamos cada cosa... y somos sacos de podredumbre.

Pero ya dejándonos de flatulencias y apestosidades, lo prioritario al iniciar una vida matrimonial es la concesión. Así como nos criaron nuestros padres y madres, no será la forma más aproximada de cómo nos vamos a conducir con la persona con quien iniciaremos una vida marital. Recuerden que quien va a comprometerse con nosotros fue criado de forma distinta, ergo tendrá otras mañas y asegunes diferentes a los nuestros. Estemos abiertos y receptivos a esas nuevas formas de convivencia.

Cómo aplasta la pasta de dientes, en donde pone el plato sucio después de comer, si eructa o si se hurga los dientes, si prefiere el lado derecho o izquierdo de la cama... Muchos son los pequeños detalles que debemos atender al asumir una vida marital. No nos van a gustar muchas cosas, pero recuerden que esto es de dos vías. Podemos ser los ejecutantes de diversas cositas que nuestr@ compañer@ de vida no van a comprender con facilidad.

La honestidad y la claridad serán cualidades fundamentales a ejercer en la vida matrimonial. No seamos machistas, tampoco unas gorgonas furiosas que esperemos que el otro u otra asuma de inmediato. Si somos honestos con nosotros mismos, deberemos informar a la brevedad a esa pobre alma...

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