A Itzel Nayeli la golpeaba su marido

CHIMALHUACÁN, Méx., octubre 12 (EL UNIVERSAL).- La enemiga estaba cerca de todos. La conocían, hablaban y convivían con ella.

Nunca pensaron que esa mujer, que se convirtió en la más buscada por las autoridades de los tres niveles de gobierno en las últimas cuatro semanas, era parte de ellos.

“Nunca nos imaginamos que era la vecina, porque dicen que es ella la que mataba con un cuchillo”, contó Julia, una residente del barrio Cesteros, en este municipio.

La Degolladora, como es llamada desde la segunda quincena de septiembre la joven que supuestamente atacaba con un arma punzocortante a sus víctimas, infundió un miedo colectivo nunca antes visto entre los habitantes de este municipio de la zona oriente del Valle de México.

Ni los miles de delitos que se han registrado en los últimos meses en Chimalhuacán, que hasta el sexenio del presidente Felipe Calderón Hinojosa era considerado el municipio urbano más marginado del país, provocaron tanto temor a parte de la población como los que cometió, según la Procuraduría General de Justicia del Estado de México (PGJEM), Itzel Nayeli, de 20 años de edad.

Antes del jueves 8 de octubre, cuando fue detenida por las autoridades estatales, caminar por las calles de los barrios Cesteros, Labradores y Curtidores, donde ocurrieron los ataques de La Degolladora, lo hacían a uno sospechoso ante la mirada de los residentes, quienes no se confiaban de nadie.

Volteaban constantemente a sus costados, atrás y observaban con detenimiento a los que iban hacia ellos de frente. Todos los habitantes desconfiaban de todos.

“Yo cuando salgo a la calle cargo un palo en mi bolsa y volteó para todos los lados”, contó Verónica, una residente del barrio Pescadores, hasta donde la sicosis por dicha mujer se extendió también.

‘Toque de queda’. En los últimos 25 días la gente dejó de salir cuando anochecía. Sólo lo hacían por las mañanas los padres para llevar a sus hijos a la escuela y al medio día cuando iban a recogerlos a la salida.

Después de esa hora muchas calles del municipio de la zona oriente se quedaban prácticamente vacías. Conductores de mototaxis iban y venían en busca de pasajeros para trasladar en ese transporte aún ilegal en el Estado de México.

La falta de residentes en las calles afectó la actividad económica y comercial en el municipio en el que 60 % de la población, estimada en 615 mil habitantes, vive en condiciones de pobreza y más de 13% en pobreza extrema, de acuerdo a las autoridades locales.

Ya casi no...

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