Isabel Turrent / Tránsito por España

AutorIsabel Turrent

España -informa El País el 17 de octubre- mantendrá en el 2008 una tasa de crecimiento de las más altas de Europa: 3.3 por ciento. La economía, declara David Vergara, encargado de la política económica española, ha navegado sin mayores problemas por el reciente periodo de inestabilidad financiera generado en Estados Unidos. Estos datos confirman lo que es evidente para cualquiera que recorra con los ojos abiertos alguno de los rincones del país. Mi destino final es Mallorca, donde daré una conferencia sobre La Aguja de Luz, el libro que publiqué hace unos meses y que nació y se desarrolla precisamente ahí, donde vivió por siglos mi familia materna. Dedico los días anteriores a disfrutar Barcelona y a recorrer la costa mediterránea hasta Valencia. Un viaje que atraviesa ciudades bellas, inteligentes y ricas, y pueblos florecientes.

El progreso que ha traído a España la incorporación a la Unión Europea (UE) salta a la vista. Es un país con mucha suerte, les digo una y otra vez a mis amigos mallorquines. Todos reaccionan con sorpresa. Para convencerlos, me remonto a la historia y les explico cómo la fortuna ha rescatado una y otra vez a España: Roma dejó una herencia civilizadora; la invasión árabe y el florecimiento cultural y económico de Al-Andalus acabaron con los estragos que habían causado los visigodos; el descubrimiento de América y el surgimiento de un imperio donde no se ponía el sol enriquecieron a una España empobrecida por la guerra de Reconquista y ayudaron a unificar a un país que tiende naturalmente a la fragmentación. Y en pleno siglo XX, después de la dictadura franquista, la Europa unida incorporó al país y le regaló las prerrogativas que reciben los miembros y regiones más atrasados de la UE, a más de ayudarlo a transitar a la democracia con fluidez. Como respuesta, todos subrayan el lastre que arrastra España: el peso del pasado. El mismo que los valida al inundar las planas de la pren- sa a lo largo de mi tránsito por Cataluña y Mallorca.

La tentación secesionista no ha muerto. Catalanes y mallorquines apuntan, con razón, que el partido independentista catalán es un grupo minoritario cuya votación no rebasa el 10 por ciento. Pero durante mi estancia, el nacionalismo catalán ocupa una buena porción de la prensa nacional y local. El debate es resultado de la decisión de las autoridades en relación a la Feria del Libro de Frankfurt. Sólo catalanes que escriben en catalán podrán representar a la literatura de Cataluña en la...

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