Isabel Turrent / Mayorías y minorías desechables

AutorIsabel Turrent

Los polvos del último debate republicano se perderán en el fango de lo anecdótico y en el apresurado ritmo de la campaña, donde lo que pasa hoy se vuelve historia en horas.

La rendición de Fox News ante su majestad el rating y la reconciliación entre Roger Ailes -el director de Fox- y Donald Trump, que sacrificó a Megyn Kelly, la moderadora a la que Trump ofendió como respuesta a sus cuestionamientos, serán si acaso una nota al pie de página en el recuento de la campaña cuando el Partido Republicano nomine finalmente a un candidato.

Las profesiones "pro vida" de todos los candidatos que condenan la interrupción del embarazo, aun en casos de violación o de riesgo de muerte de la madre, no merecerán ni siquiera esa mención a pie de página. Son cosa de todos los días en el mundo republicano.

Igual se perderá en la espuma de los días la perorata final de Marco Rubio en el debate, que supuestamente debía conmovernos hasta las lágrimas. Su padre se benefició de la política norteamericana de dar casi automáticamente la residencia y ciudadanía a los que escapaban de la Cuba de Castro. Rubio se pone una y otra vez como ejemplo de las bondades de la supuesta inclusividad de Estados Unidos, pero es incapaz de extrapolar su caso a quienes llegaron después. Se niega a otorgarles a los inmigrantes hispanos indocumentados la misma oportunidad que tuvo su familia.

No es conveniente, sobre todo si la irracionalidad del votante le ha dado mayoría a los republicanos en el Congreso, caer entre los dogmas que conforman la corrección política republicana y convertirse en parte de la guerra cultural entre los dos partidos.

No conviene hoy ser inmigrante sin papeles en Estados Unidos. En una encuesta reciente, 63 por ciento de los demócratas interrogados afirmaron que la inmigración beneficia a ese país, y sólo 36 por ciento de los republicanos. Buena parte del 64 por ciento restante entre los conservadores apoya las insostenibles propuestas de Trump, se opone a una reforma migratoria y se inclina por deportar a los 11 millones de indocumentados a espaldas de los beneficios económicos que su trabajo ha regalado a Estados Unidos. No son seres humanos, son illegal aliens. Sus hijos no son ciudadanos; son anchor babies.

Lo que olvidan es que han sido precisamente los republicanos los que han sepultado en un círculo vicioso a los indocumentados: al rechazar cualquier tipo de reforma migratoria que permita...

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