Isabel Turrent / Cuentos de dos ciudades

AutorIsabel Turrent

Una de las muchas reglas esotéricas de la Academia sueca que otorga los premios Nobel parece haber establecido que el de literatura es siempre, a diferencia de aquellos dedicados a las ciencias, el monopolio de un solo galardonado. Si esa norma no existiera, el Nobel de literatura de este año debería haberse repartido entre dos escritores, el turco Orhan Pamuk -elegido por la Academia- y el israelí Amos Oz. Desde los extremos del Medio Oriente, ambos han condenado los fundamentalismos y pasiones nacionalistas que afligen a sus países y a la región en su conjunto, defienden culturas seculares y valores liberales, y ejercen una crítica sin fisuras de los poderes establecidos. La trayectoria crítica de Pamuk ha sido más visible recientemente, porque las autoridades turcas -las mismas que paradójicamente han luchado por años para incorporar a Turquía a la Unión Europea- sometieron a juicio a Pamuk, el novelista más famoso del país, por haberse atrevido a mencionar la masacre de armenios llevada a cabo por los turcos en las primeras décadas del siglo XX. Pero la voz de Amos Oz tiene la misma resonancia política fuera y dentro de Israel.

Sin embargo, la coincidencia literaria entre estos escritores es aún más notable que los paralelismos políticos que marcan sus posiciones y trayectoria. "Estambul, memorias de una ciudad", el libro autobiográfico que Pamuk publicó en el 2005 es un reflejo involuntario, pero preciso, de las memorias de 2003 de Amos Oz. De hecho, ambos podrían compartir el título que Oz dio a su libro: los dos son "Un cuento de amor y oscuridad". En la penumbra, Oz y Pamuk relatan la historia de dos suicidios. Pamuk, el de una ciudad -la vieja y orgullosa Constantinopla-, y Oz, el de su madre. Y los dos describen enmarañadas e indescifrables relaciones con el padre semiausente, pero siempre presente. Entre la luz y la sombra, ambos tejen cuentos llenos de nostalgia sobre territorios perdidos, sobre dolorosos desgarramientos familiares y sobre los avatares de dos familias que son, a la vez, típicas y peculiares. Más típicas que peculiares en el caso de Pamuk (aunque la abuela, que casi nunca abandona su casa y que vigila desde la cama los movimientos de toda la familia, es inolvidable), e inmensamente más entrañables y originales, en el caso de Oz.

Pero las protagonistas centrales de "Estambul" y de "Un cuento de amor y oscuridad" son las dos ciudades donde Oz y Pamuk nacieron y crecieron. Ambos recuperan una infancia que...

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